Francisco Salas3 min lecturaJon Rahm ha llegado a este tramo final de temporada en el mejor momento en muchos meses, sumando el título del LIV como mayor triunfo, pero sobre todo siendo competitivo semana a semana, algo de lo que no había estado ni cerca en los últimos tiempos, pero entre un British Open que mejoró lo hecho en el resto de grandes, unos Juegos Olímpicos muy buenos en los que solo un pinchazo le dejó sin premio y una consistencia demostrada, está en gran momento. Aunque no termina de rematar, como la semana pasada en el Open de España que perdió en el desempate ante Ángel Hidalgo, pero tenía la oportunidad de resarcirse apenas unos días después el Alfred Dunhill Links Championship, pero se ha hundido en el segundo día.
Rahm sufrió este viernes el campo de Kingsbarns al no estar fino desde el 'putt', por lo que entregó una tarjeta de 71 golpes, uno bajo par y -8 en el acumulado, un resultado que le deja con opciones en la Copa Dunhill, pero que le pone a seis golpes de los líderes, Nicolas Colsaerts y Cameron John. Además, Rahm se encuentra ahora mismo empatado con el donostiarra Adrián Otaegui, con 69 golpes y a uno del cacereño Jorge Campillo, con 68 golpes y tres bajo par este viernes, mientras que Colsaerts, que firmó una tarjeta de 65 golpes, y Cameron John desbancaron al anterior líder, Daniel Fichardt.
Al jugador vasco le tocó 'torear' con Kingsbarns, el peor de los tres campos -Carnoustie y Old Course son los otros dos- con viento. Además, mientras Rahm en la primera jornada fue el mejor de los favoritos, en esta segunda Tommy Fleetwood se apuntó a la fiesta tras un inmaculado -7, con 65 golpes y ni un sólo 'bogey' con el que empató el -11 acumulado de Tyrrell Hatton, ambos compitiendo también Kingsbarns.
Tanto Fleetwood como Hatton y Rahm saldrán este sábado al campo Old Course, el único que les falta tras jugar en Carnoustie y Old Course antes de que se produzca el corte previo a la última jornada, cuando todos los jugadores hayan competido en cada uno de los tres campos de juego. No pueden fallar, pues necesitan colarse entre los 60 primeros para estar el cuarto y último día compitiendo en la gran final, que se disputará en uno de los mayores templos de la historia del golf, el mítico St. Andrews, donde se dirimirá al ganador definitivo.