Antonio José Medina4 min lectura"Sé que pronto aparecerán los críticos, pero los he tenido durante toda mi carrera deportiva", señalaba esta semana en Marca el ciclista del Movistar Nairo Quintana. No tenía que comenzar el Giro de Italia 2024 para saber lo que se iba a encontrar, una carrera loca, que se corre a velocidad de vértigo y para la que no estaba preparado.
El mago de Cómbita era consciente de eso y, por ello, señaló antes de empezar que su objetivo era la tercera semana, cuando las fuerzas escasean y hay opciones para los que van de menos a más. El colombiano, ganador hace diez años de la Corsa Rosa, no ha llegado bien, pero no quería renunciar a correr una grande cuando no sabe si será la última vez. "Nunca se sabe qué puede pasar. Todo está a merced de UAE -equipo de Pogacar-. No sé realmente hasta dónde puedo llegar y cómo me voy a ir viendo día a día. Tengo muy pocos kilómetros este año. No me he podido exprimir como me hubiese gustado. Tuve una lesión de rodilla, de escápula... y todo fue a final de año. Nunca he tenido nada grave que me interrumpiera la temporada como me ha pasado este año. Lo más seguro es esperar a la última semana para ir cogiendo el tono, reconectar y ver si se puede hacer algo ahí", afirmaba.
No obstante, como decía antes, sabía que sus críticos iban a estar al quite para aparecer. En la segunda etapa, en la primera ocasión que la carretera se empinó, Nairo Quintana se quedó atrás. Y, después de sólo cuatro etapas, marcha 34ª en la general a 6:34 de Tadej Pogacar.
Sin embargo, con lo que se ha encontrado, antes que con las críticas, es con el respaldo de otro de los mitos del ciclismo colombiano, un Rigoberto Urán que se retirará este año del ciclismo profesional. “Para Nairo, todo lo que haga es ganancia. Todo vale. Estamos hablando del corredor que ha ganado más carreras y tiene uno de los palmareses más grandes de los ciclistas colombianos. Ha ganado todas las carreras”, señala en el programa ‘Gregarios x RCN’ de esta cadena cafetera.
El ‘Toro de Urrao’ ya le da por 'ganador' de Giro o de donde sea con sólo poder volver a verlo competir tras año y medio fuera de las carreteras. “Pasó un momento muy complicado. Muchos pensamos que iba a ser el fin, pero él es un verraco, un luchador y uno muchas veces no sabe los problemas que hay porque debe haber muchas cosas psicológicas y que a uno lo saquen. Así debe ser muy complicado. Cualquier resultado para él sería enorme”, advierte Urán, que disfruta con su compatriota y espera ver aún alguno de los ataques que le hicieron ser uno de los mejores del pelotón internacional.