La final del Mundial de fútbol sala dejó muchas cosas, primero de todo a Brasil recuperando su cetro de campeona después de doce años, además a lo grande, superando a su máximo rival, Argentina, de forma agónica por 2 a 1 tras 40 minutos de absoluta guerra en la que los albicelestes buscaron la remontada hasta el último segundo, pero no fue suficiente. Además, a eso hay que sumarle que estalló la polémica, pues ambos equipos chocaron fuertemente, como en toda final de este tipo, pero el comportamiento de los vencedores estuvo muy lejos de ser el que se esperaba de ellos. Y por si fuera poco, el árbitro también fue protagonistas al final; un cóctel de causas que ha generado mucha crispación en Argentina.
Pablo Taborda, el capitán argentino, destacó que "hay que estar orgulloso de la selección argentina y de esta generación", porque lo intentaron todo durante los 40 minutos, atacando todo el tiempo y dieron "el 100 por cien" y a su juicio merecieron más, pero se encontraron con un espectacular William (el portero de Brasil) que fue el mejor, y por eso se pueden ir de vuelta a Argentina "tranquilos". “Ellos defendieron todo el partido, su arquero fue la figura y nosotros no tuvimos suerte”. Además de que supieron perder, todo lo contrario a los brasileños, a los que ganar no les sentó especialmente bien.
El final del partido no apagó la polémica, si no todo lo contrario, ya que tras el piti final, el jugador brasileño Neguinho, del Palma, tuvo una actitud muy fea con sus rivales, según explica Taborda: “Nosotros, como buenos perdedores, fuimos a saludarlos. Neguinho nos empezó a gritar en la cara a todos. Es joven, todavía no sabe comportarse bien. No entiendo su actitud, ya se había proclamado campeón. Qué es más bonito que ser campeón ante tu máximo rival y esa actitud lo mancha”. Por eso mismo, el propio ala del Jaén destaca que “hay que saber ganar y perder, nosotros les felicitamos por el triunfo, y nos fuimos con la cabeza alta”.
El capitán albiceleste también dio su opinión sobre el arbitraje, de los españoles Cordero Gallardo y Martínez Flores. Para Taborda estuvieron correctos durante casi todo el partido, pero en dos momentos puntuales se equivocaron y tuvieron una influencia clave en el resultado final. La primera de ellas cuando Pito debió ser expulsado tras un brutal plantillazo, pero aún revisándolo en el VAR y entre protestas, solo se llevó una amarilla.Pero sobre todo, en el último segundo, momento en Arrieta disparó y, según toda la selección argentina, el balón dio en la mano del propio Pito, lo que hubiese significado la sexta falta y un doble penalti para llevar la final a la prórroga, pero los árbitros no lo vieron así, ya que es cierto que era muy dudoso y pitaron el final.