La mejor raqueta argentina llega a la segunda semana del Roland Garros por cuarta vez, después de los cuartos de 2018 y 2021, y las semifinales de 2020.
Schwartzman, de 29 años, no dio opción a un Dimitrov que venía como una locomotora en la arcilla parisina (victorias arrolladoras ante el estadounidense Marcos Girón y el croata Borna Coric).
En declaraciones a pie de pista en la Simonne Mathieu, la tercera de importancia en el Roland Garros, el tenista argentino analizó el encuentro de hoy ante Dimitrov, ante el que había caído con estrépito hace solo unas semanas en la tierra del Masters 1.000 de Madrid.
"Cómo son las cosas, hace solo unas semanas había perdido contra él. Esta vez analicé con mi entrenador y he hecho un gran partido (...) Las condiciones lentas de hoy también me han beneficiado", aseveró el jugador, en alusión al día nublado y húmedo que influyó en la velocidad de la bola, más lenta de lo normal.
Schwartzman, vestido integralmente de rosa y apoyado por algunos hinchas que portaban la camiseta de la selección argentina de fútbol, esbozó una sonrisa cuando le recordaron que fue semifinalista en 2020 y que en su camino de esta edición se interpondrá seguramente Djokovic, al que nunca ganó en los seis encuentros que jugaron en el circuito ATP.
"Vamos a ver qué pasa, él aún no ha jugado", dijo con un gesto pícaro, mientras agregó que se siente preparado para vencer.
"Ya jugamos aquí (2017) y perdí en 5 (sets), tengo confianza, estoy listo para ganar y recuperarme y ver qué pasa", señaló "el Peque", quien recordó también todas las veces que le ha frustrado Rafa Nadal en el Roland Garros.
La victoria de Schwartzman ante Dimitrov se cimentó pronto, en el comienzo del primer set, cuando rompió el servicio de su rival y se puso rápidamente 3-0. Después de un momento de indecisión en el cuarto y quinto juego de la primera manga, el argentino afinó y no dio respiro a un búlgaro con muchos errores no forzados.
El segundo y tercer set no tuvieron demasiada historia y el "Peque" los solventó con agresividad y dominando a su rival desde el fondo de la pista.