La veterana checa, de 30 años, finalista de la pasada edición de Wimbledon, apenas opuso resistencia a una jugadora prácticamente desconocida en el circuito, 227 del mundo, de 26 años, que está aprovechando bien la oportunidad que le han dado.
Si en primera ronda venció a la española Nuria Parrizas, no tembló ante una jugadora de mayor entidad, una tenista que en 2017 llegó a semifinales en París y que cuenta con dos finales de Grand Slam a sus espaldas.
La siguiente rival de la francesa saldrá del duelo entre la rusa Ekaterina Alexandrova y la rumana Irina-Camelia Begu.