Su derrota frente a la francesa Diane Parry, de 19 años, 1-6, 6-2 y 6-3, fue la sorpresa de la jornada, aunque la checa venía corta de ritmo porque las lesiones le habían apartado de las pistas desde febrero pasado.
El cuadro masculino vio el debut de los grandes favoritos, aunque el público no tuvo mucho tiempo de disfrutar de su tenis, porque ambos despacharon sus partidos en el menor tiempo posible.
Djokovic lo hizo bien entrada la noche, bajo la cubierta de la pista central cuando la lluvia había obligado a suspender el resto de la jornada.
El serbio, que defiende corona en París y que llega con el título de Roma todavía fresco, dio buena cuenta del japonés Yoshihito Nishioka, 99 del ránking, que apenas mantuvo el pulso en los primeros compases del primer set.
Luego el número 1 desplegó su poderío y doblegó al nipón por 6-3, 6-1 y 6-0 en 1 hora y 58 minutos.
Parece haber recuperado su mejor momento el serbio, tras el inicio de año marcado por su negativa a vacunarse contra la covid, lo que le privó del Abierto de Australia y de la gira estadounidense, y un posterior bajón de forma.
Nole persigue sumar en París su tercer título de Roland Garros e igualar a 21 Grand Slam con Nadal.
Tendrá que esperar Djokovic para conocer la identidad de su rival, bien el argentino Federico Coria, bien el eslovaco Alex Molcan, que ni siquiera empezó cuando la lluvia hizo imposible seguir jugando al tenis.
Para entonces, ya hacía varias horas que Nadal había logrado su billete para la segunda ronda, tras derrotar al australiano Jordan Thomson, 6-2, 6-2 y 6-2 en dos horas y dos minutos.
A la contundencia del resultado le puso contexto el español: "Necesito mejorar", dijo al término del duelo, que comenzó como un torbellino pero que careció de la intensidad que el trece veces ganador necesitará para doblegar a rivales de más entidad.
La buena noticia es que el pie izquierdo que le limitó en Roma parece no ser un obstáculo para que pueda tener picos de buen tenis. La mala, que su falta de rodaje se deja ver en tramos de los partidos y, sin ella, su poderío baja enteros.
En un par de días tendrá otra prueba contra el francés Corentin Moutet, otro rival a priori asequible que puede servir en el camino de puesta a punto que ha lanzado Nadal.
Sin apenas rodaje a causa de las lesiones, el español navega a ciegas en su torneo favorito, lo que hace más complicado conocer su estado real.
La misma determinación mostró la polaca Swiatek, que sumó un partido más, y son ya 29, a su racha de victorias consecutivas que le colocan como la gran dominadora del circuito femenino.
Su triunfo contra la ucraniana Lesia Tsurenko, procedente de la fase previa, 6-2 y 6-0, estuvo en la línea de lo que viene desplegando y a todas luces marcó las conciencias de sus rivales.
Las que quedan, porque en dos días vio como ayer se despedía, el domingo la tunecina Ons Jabeur, vencedora en Madrid y finalista en Roma, una de las candidatas al título; y este lunes la defensora del título y número 2 del ránking.
Swiatek se medirá por un puesto en tercera ronda contra la estadounidense Alison Riske, que venció a la ucraniana Dayana Yastremska por 6-3 y 6-3.