Para volver a reinar en Europa, una de las principales tareas de Carlo Ancelotti es corregir la mala dinámica del Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Conseguir la firmeza de su primera etapa, cuando salió vencedor en diez de los doce partidos que encaró, en los que solo sufrió una derrota sin consecuencias, 3-4 ante el Schalke 04 en unos octavos de final encarrilados en Alemania.
Sin embargo, en su segunda etapa en el banquillo madridista el paso al frente dado en el que se perfilaba duelo directo, en Milán ante el Inter, perdió valor al contagiarse del mal del Bernabéu. Con el del Sheriff son ya ocho tropiezos en los once últimos encuentros del Real Madrid en su casa.
En los tres últimos años solo superó a Roma (3-0), Viktoria Pilsen (2-1) y Galatasaray (6-0) ante su afición. El ambiente de noches europeas ha ido diluyéndose con malos resultados ante rivales de una entidad menor. El Sheriff, debutante en la 'Champions', se suma a una lista con CSKA Moscú (0-3) y Ajax (1-4), en partidos que dejaron perplejos a los seguidores madridistas.
Duelos grandes perdidos ante Juventus (1-3) o Manchester City (1-2), en el que era hasta la fecha el último partido europeo en el Bernabéu antes de disputar una edición de la Liga de Campeones en el Alfredo di Stéfano; empates, todos a dos tantos, ante Bayern Múnich, Brujas y PSG. Son encuentros que han condicionado las posibilidades del Real Madrid en el torneo.
Un aspecto a corregir con urgencia ante el Shakhtar, que ya avisó el pasado curso conquistando el Di Stéfano en otro partido que mostró una pérdida de poderío madridista en Europa. Tras lo ocurrido ante el Sheriff, el Real Madrid ha tenido un día de reflexión, con profundo análisis de Ancelotti de los numerosos errores tácticos que condicionaron un partido en el que tampoco el factor fortuna jugó de parte de su equipo, como aseguró en rueda de prensa.
CAOS EN LOS LATERALES; FALTA DE CONTUNDENCIA EN LAS ÁREAS
Las lesiones de Dani Carvajal, Ferland Mendy y Marcelo han provocado que los laterales sean los puestos que traen de cabeza a Ancelotti. Con Nacho Fernández siendo el comodín, pasando de banda izquierda a derecha sin aportar la profundidad necesaria y con el deseo de instalarse de central.
Cuando el Real Madrid debía rematar la remontada volvió a realizar una prueba fallida el técnico italiano. Insistió en lo que no había funcionado ante el Villarreal, Fede Valverde de lateral derecho, y pasó a Eduardo Camavinga al izquierdo. Justificó que la derrota no llegó por esta decisión, pero sumado al frenazo en seco que provocó el cambio masivo de cuatro jugadores y la falta de automatismos de futbolistas que estaban siendo importantes en el centro del campo en sus nuevos puestos, fueron factores influyentes.
Ancelotti tiene problemas que ya sufrió Zidane. La falta de contundencia en las dos áreas. Una endeblez defensiva preocupante ante un rival menor que disparó tres veces a puerta, hizo dos goles y en una cuarta llegada le anularon un tanto. Y un dato ofensivo sonrojante, hasta 31 disparos, once a puerta, para un solo gol que no fue en acción de juego, el tanto de penalti de Karim Benzema.
Dos partidos que frenan en seco la ilusión desatada en el madridismo. Ante el Villarreal un solo disparo a puerta. Frente al Sheriff un vendaval ofensivo que se estrelló con el portero Georgios Athanasiadis, pero también con ansiedad en el momento de la definición.
El brasileño Vinicius de nuevo como claro ejemplo de hacer todo bien hasta el remate a gol. Tres partidos consecutivos sin marcar que coinciden con el primer bajón madridista del curso. La primera derrota llegó en su noveno encuentro.