Así entrenan ellos y así entrenan ellas durante la cuarenta
Alejandro Pecci4 min lectura
La pandemia provocada por la expansión del coronavirus ha hecho que prácticamente la totalidad de la población mundial tenga que permanecer en sus hogares como medida para evitar el contagio. Por ende, aquellos trabajadores que puedan ejercer sus labores desde casa, lo están haciendo. Un ejemplo de ello son los futbolistas, los cuales, teletrabajan o al menos, en caso de ellas, lo intentan.
Muchos son los futbolistas tanto del Real Betis como del Sevilla FC que cuelgan a diario vídeos e imágenes en redes sociales ejercitándose en sus casas y siguiendo minuciosamente las pautas dadas por sus respectivos cuerpos técnicos.
Es el caso del sevillista Sergio Reguilón. El futbolista cedido por el Real Madrid cuenta en su domicilio con un espacioso jardín y un material necesario para llevar a cabo su plan específico de entrenamiento durante el confinamiento.
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Asimismo, el lateral verdiblanco Alfonso Pedraza, mostró a sus seguidores de Instagram, cómo se está ejercitando desde su domicilio en una zona perfectamente habilitada para no perder la forma física y llegar en el mejor tono posible cuando se reanude la competición.
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Sin embargo, estas imágenes distan de lo que viven día a día sus compañeras. Tanto las futbolistas del Sevilla FC como del Real Betis (la mayoría residiendo en pisos) no cuentan ni con el espacio suficiente ni con el material necesario para llevar a cabo de forma cómoda su teletrabajo desde casa.
La cuenta de Twitter del Real Betis Féminas subió hace unos días un recopilatorio de vídeos de algunas de sus futbolistas entrenándose en sus hogares. La mayoría lo hacían desde el salón, la terraza o el patio.
De igual manera, son muchas las jugadoras del Sevilla FC que desde sus hogares con un espacio y material limitado, tratan de mantener la forma física. Algunas como la guardameta Sara Serrat, tiran de ingenio para llevar a cabo sus respectivos ejercicios de coordinación caseros que cuelga en sus redes sociales para inspirar a otros compañeros y compañeras.
Este tipo de situaciones son un ejemplo más de la brecha salarial que existe entre el fútbol masculino y el femenino. A ello hay que sumarle la desigualdad en las condiciones para llegar al máximo rendimiento cuando vuelva la competición.