Barcelona, 9 ago (EFE).- El Espanyol afronta la temporada de regreso a LaLiga Santander con el mismo bloque que logró el ascenso desde Segunda división y con un objetivo claro: aferrarse a la categoría y, si se puede, disfrutar del fútbol una vez conseguida la salvación.
La nave blanquiazul volverá a estar pilotada en el regreso a la élite por el metódico Vicente Moreno y su inseparable Dani Pendín, artífices del ascenso, que para esta nueva aventura solo cuentan, de momento, con una cara nueva, la del central catalán Sergi Gómez.
La incorporación de Sergi Gómez, con 165 partidos de experiencia en Primera entre el Celta y el Sevilla, ejemplifica la estrategia deportiva del club, que, muy apretado por el tope salarial de LaLiga, busca fichar a jugadores asequibles pero de garantías en la máxima categoría.
La prioridad de la secretaría técnica pasa ahora por reforzar el centro del campo con un perfil similar al de Sergi Gómez, pero la situación financiera no invita al optimismo si no se da una venta o algún ingreso extraordinario.
Por lo tanto, el Espanyol afronta la temporada con un plantel muy similar al que le valió para conquistar el título en LaLiga SmartBank, incluidos Miguelón, Vadillo y Dimata, que estaban a préstamo y cuya propiedad ya pertenece al cuadro catalán.
Además, sobre Vicente Moreno se cierne la duda de qué hacer con algunos jóvenes que tendrán presumiblemente pocos minutos, como por ejemplo el lateral derecho Víctor Gómez, que puja por un sitio en el primer equipo después de completar una buena campaña a préstamo en el Mirandés.
Más allá de traspasos y cesiones, el cuadro catalán debutará en LaLiga el sábado 14 de agosto en casa de Osasuna, un encuentro al que el Espanyol llega en línea ascendente tras el trabajo de pretemporada realizado en la concentración de Marbella.
Las esperanzas del Espanyol en su vuelta a la máxima categoría pasan, como siempre en un equipo de Vicente Moreno, por la solvencia defensiva, y por la efectividad de un ataque fulgurante, formado por hombres de la talla de Javi Puado, Adrián Embarba, Landry Dimata o la gran estrella, Raúl de Tomás.
El delantero madrileño, por quien el club perico abonó unos 20 millones de euros el año del descenso, se confirmó el curso pasado como la referencia indiscutible de Espanyol y como el máximo goleador de Segunda División con 23 tantos. Puado sumó 12 goles a la causa y Adrián Embarba, otro de los faros del ataque blanquiazul, anotó 9 dianas en LaLiga y repartió la friolera de 14 asistencias, formando una gran pareja con De Tomás que hace soñar con un bonito regreso.
El jefe del centro del campo volverá a ser el balear Sergi Darder, sancionado para la primera jornada de LaLiga pero que ha demostrado durante la pretemporada que su fútbol astuto y de calidad serán una gran arma para el Espanyol. Las esperanzas en la zaga están puestas en el joven lateral zurdo Adrià Pedrosa -aunque todavía tiene pretendientes en el mercado- y en la solidez de Cabrera en el eje, acompañado o bien por Sergi Gómez o bien por Calero.
Vicente Moreno tiene una misión: salvar al Espanyol y, a poder ser, con cierta holgura para que los aficionados pericos vuelvan a disfrutar de LaLiga Santander.