"Cada jugador tiene una fuerza mental diferente, saben que en casa tienen a su familia, a sus padres...", apostilla Peseiro, en relación a los miedos que con esta nueva realidad ha de experimentar el futbolista, ya que "se enfrentará a muchas novedades, como, por ejemplo, jugar sin público".
Para el joven técnico español Julio Velázquez, la clave en los entrenamientos pasa por "naturalizar el día a día, para que el jugador pueda evadirse".
El entrenador salmantino sopesa en cada día de entrenamiento que "cada jugador demanda una manera diferente, por lo que hay que saber las circunstancias que rodean a cada deportista". "Con algunos es mejor no hablar de esta situación y con otros es importante tener cada dos días una conversación", afirmó.
En su club, que empezó los entrenamientos por grupos la pasada semana y todos los test dieron negativo, hay muchos jugadores brasileños preocupados por sus familias, que están a tantos kilómetros, reflexiona el entrenador español.
"Tras seis semanas encerrados, hay que tener cuidado en la adaptación para que vuelvan a coger la forma, por lo que ha de ser gradual", asegura Pedro Martins, que vive su segunda temporada en Grecia con el Olympiacos y que iba primero con siete puntos de diferencia sobre el PAOK al pararse el campeonato.
En busca de una evolución positiva de sus futbolistas, Julio Velázquez comenzó la semana pasada dividiendo la plantilla en cuatro grupos de trabajo (en función de las posiciones en el campo), aunque esta semana irá reduciéndolos.
Reconoce que el trabajo que hayan podido desarrollar en casa durante mes y medio "tiene muy poca transferencia a lo que es la realidad del juego". "Han estado metidos en casa el doble de unas vacaciones de verano, a nivel emocional ha sido un período difícil y tienen que ir cogiendo confianza poco a poco", relata.
Pedro Martins hace una defensa por la profesionalidad de su plantilla, ya que "han venido con el mismo peso que cuando se paró la Liga". Sin embargo, el que fuera técnico del Vitória de Guimarães, Rio Ave o Marítimo ve un problema difícil de solucionar para cuando arranque la competición: no habrá partidos previos, ni amistosos, como ocurre en pretemporada.
Esta semana, Julio Velázquez ha decidido acotar a dos los grupos de trabajo y en un contexto en el que no puede haber contacto entre jugadores, los técnicos creen que un punto de inflexión llegará cuando los Gobiernos permitan entrenar con oposición para que cojan confianza.
"Cuando el balón empieza a rodar", asegura Pedro Martins, "los jugadores ya no se acuerdan de este factor, son competitivos y quieren ganar, por lo que durante los entrenamientos no hay virus en la cabeza".
José Peseiro es el más contundente de los tres y asegura que "el fútbol tiene que estar al frente de la lucha contra la pandemia, es un servicio público". "Es tan importante -me perdonen la locura- como los médicos y los enfermeros, el fútbol es tan necesario para la salud de las personas como los médicos o los enfermeros", insistió.
Peseiro, que ha dirigido clubes en diferentes continentes, además del Sporting de Portugal, Oporto, Braga o Vitória de Guimarães, considera que el fútbol ayuda sobremanera a la salud mental de los aficionados.
Para Pedro Martins, el fútbol en Grecia tiene "una potencia extraordinaria en la sociedad" y está convencido de que "la población necesita del fútbol para tener algo que los distinga del resto".
Inclusive, matizó, "ahora se habla más de fútbol que nunca, incluso entrenadores que no trabajaban desde hace tiempo, lo que ha permitido que esta profesión -la de entrenador- sea más abierta, algo fantástico a lo que hay que dar más continuidad".
Para Julio Velázquez, el fútbol "es una manera de evadirse para la población y puede servir de ayuda", aunque, insistió, "la salud está por encima de todo".
Está convencido, el que fuera técnico del Betis, Villarreal o Udinese, de que "cuando comiencen los campeonatos, los aficionados podrán evadirse más en casa, emocionalmente".
Incluso, José Peseiro, tras las conversaciones diarias que mantiene con los futbolistas de su selección, la mayoría en Europa, asegura que "lo que une a Venezuela, a pesar de los graves problemas, es el fútbol", por eso, argumentó, "los jugadores están deseosos de vestir la camiseta de la vinotinto".