Antonio José Medina5 min lecturaPese a llevar cinco años sin ganar el Mundial de MotoGP, Marc Márquez seguía siendo el piloto más mediático y que más atracción tenía con marcas y medios. Con Honda se hundía en mitad de la clasificación y, cuando quería asomar la cabeza, se iba al suelo. Con el paso a Ducati, pese a correr con la GP23, ha demostrado que no había olvidado su talento para ganar y que la nueva generación que ha crecido estos años no lo ha dejado atrás. Dio pelea a los dos gallitos, Jorge Martín y Pecco Bagnaia, y cuando se adaptó plenamente a su nueva moto, hasta se permitió ganar tres carreras en el tramo final de la temporada.
La supremacía de Ducati, que ha copado los cuatro primeros puestos de la clasificación de pilotos, las tres primeras por equipos y cuatro de las cinco primeras en esta misma clasificación era poco previsible cuando empezó la temporada. El jefe de Ducati, Gigi Dall'Igna, de hecho, se mostraba extrañado de que sus rivales se hayan acercado tan poco con las ventajas que han tenido. Y la igualdad que se prevía en las primeras carreras se ha ido al traste con el avance de la temporada.
Los peor parados, pese a contar con una pretemporada más amplia y con muchas ventajas, han sido las motos japonesas. Yamaha parece haber acertado y, en el tramo final, se ha acercado a las KTM y las Aprilia y Quartararo ha podido ya luchar con ellas. Pero Honda, sin Marc Márquez, se ha hundido más que nunca. El equipo oficial, con Joan Mir y Luca Marini, sólo ha sumado 35 puntos en todo el año y su equipo satélite, el Team LCR, casi les ha triplicado en puntos. Ambos han sido, con diferencia, los últimos clasificados en el Mundial de MotoGP.
La mítica marca japonesa no se ha rendido y ha apostado fuerte para 2025. Empezando por fichar a un Aleix Espargaró de piloto de pruebas, para que se la base desde la que se construya su recuperación, previsiblemente, para 2027, cuando todos empiezan de cero. “Honda fue muy competitivo en la era de Marc Márquez. Y cuando se gana tanto, la compañía quizá se ha relajado un poco en el programa de MotoGP para cuidar más otros proyectos de la marca que no tuvieron los mismos resultados”, señala en MotoJournal un Lucio Cecchinello que conoce de lo que habla, ya que es el jefe de LCR, el equipo satélite de Honda, y lleva dos décadas ligado a la marca.
El expiloto italiano da la clave del declive de Honda a lo largo de los últimos años. “Mirando más de cerca, durante estos años de dominio de Márquez, Honda tomó presupuestos de MotoGP para lanzarse a otros proyectos como el Dakar, el MXGP, las 8 Horas de Suzuka... Así que tomaron ingenieros de MotoGP para ponerlos en otros programas, porque en MotoGP no había ninguna necesidad real. Luego Marc se lesionó, ocurrió la pandemia y estos dos factores tuvieron un impacto enorme en Honda”, afirma el italiano, quien coincide con otros en que el error del estancamiento de Honda y Yamaha estuvo ahí, en ese 2020. "Los ingenieros japoneses no viajaron y no se dieron cuenta del enorme salto tecnológico dado por Ducati, KTM y Aprilia. A los fabricantes europeos les resultó más fácil trabajar y Honda y Yamaha suspendieron inversiones", añade.
Los resultados no se hicieron esperar, aunque el Mundial de Quartararo y el rendimiento de Márquez lo atenuaran. Hasta que el piloto español dijo basta y ahí se dieron cuenta de su error. “Honda tardó en comprender la gravedad de la situación. Finalmente lo entendieron cuando Marc decidió irse. Esto es una bofetada en la cara que ha recibido Honda", indica un Lucio Cecchinello que cree que, tras esa 'bofetada', todo puede cambiar. "Honda tenía dos opciones para responder: retirarse de la competencia o poner todo en orden y volver a realizar grandes inversiones. Esto es exactamente lo que está sucediendo”, advierte.