Los dos "taparon bocas" sin una palabra más alta que otra, como lo hacen los grandes deportistas, con sus mejores argumentos en la pista, sobre el asfalto, en este caso de los circuitos de motociclismo y de igual manera, con sendas victorias cargadas de un alto componente emocional.
Entonces, hace algo más de dos años, Jorge Lorenzo recibió la noticia en Mugello de los dirigentes de Ducati en la que le confirmaban que no iban a contar con sus servicios para la siguiente temporada, lo que dejaba al español sin moto.
No fue mucho problema, aunque incluso se habló de la posible retirada del quíntuple campeón del mundo, pero apenas unos días después se conoció el inesperado y sorprendente fichaje por el equipo Repsol Honda en lugar de Daniel Pedrosa.
Ahora, dos años después, se repite la historia en gran medida pues, por ahora, sin que haya "plan B", es decir otro equipo interesado en sus servicios -solo queda una plaza en el equipo oficial de Aprilia siempre y cuando Andrea Iannone sea sancionado por el TAS por su positivo por dopaje-, Andrea Dovizioso decide abandonar Ducati a final de temporada.
Igual de desairado y dolido que en su momento estuvo Jorge Lorenzo, y si entonces se supo que era por diferencias económicas entre las partes, ahora no han trascendido las razones, pero todo apunta una vez más al económico como uno de los motivos, pero hay otro, el "desamor" entre las partes, sobre todo por Andrea Dovizioso, quien a pesar de haberlo dado todo por Ducati no se siente correspondido por los de Borgo Panigale.
Dovizioso, tres veces subcampeón del mundo de MotoGP con Ducati y en sus filas desde hace ocho años, ha demostrado una ética como deportista digna de encomio, pues sabedor de que Ducati dudaba de él y daba largas en su proceso de renovación, decidió "romper la baraja" en uno de sus escenarios preferidos, Austria, y buscó la victoria con todas sus ganas y la consiguió.
Una de las primeras cosas que hizo Dovizioso fue agradecer el trabajo a todo su equipo y, aunque todos querían saber las razones de su decisión, el piloto de Forlí se negó una y otra vez a dar explicaciones. "No es el momento, es el momento de trabajar y conseguir los mejores resultados posibles", dijo.
El italiano sabía que el circuito austríaco podía ser una de sus grandes oportunidades para reivindicar su calidad como piloto, de ahí su gesto de rabia tras la victoria, todavía en su moto y también sobre el podio, indicando con los dedos índices de ambas manos que él estaba ahí para quedarse.
Lo dijo cuando anunció que no iba a renovar, que su intención era seguir compitiendo, y demostró con su victoria, llena de rabia y de reivindicación, que es uno de los aspirantes al título mundial, una responsabilidad que nadie parece querer arrogarse desde que se lesionó el vigente campeón, el español Marc Márquez.
Tras cuatro grandes premios y cien puntos repartidos, el líder, el francés Fabio Quartararo, que en la primera carrera de Austria acabó octavo, suma 67 puntos, por 56 puntos del propio Andrea Dovizioso, que ya es segundo, y aún queda una segunda carrera en el Red Bull Ring de Spielberg, en donde sólo ha ganado Ducati desde que el trazado llegase al calendario del campeonato del mundo en 2016.