Madrid, 20 jul (EFE).- El español Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) impresionó con su remontada en el Gran Premio de España de MotoGP que se disputó en el circuito Ángel Nieto de Jerez de la Frontera, pero con los dos errores que cometió, que acabaron en una seria lesión, guillotinó muchas de sus aspiraciones a reeditar el mundial de la categoría por séptima vez.
Márquez se vio el más fuerte y con mejor ritmo de la categoría, lo demostró en pista en las primeras vueltas, pero en la quinta, un exceso de confianza, el peso de la moto todavía con mucha gasolina en el depósito de combustible y quizás también los neumáticos, le jugaron una mala pasada que salvó con la maestría que le caracteriza pero que le "arrojó a las catacumbas de la carrera", decimosexto a más de ocho segundos de la cabeza de carrera.
Desde ahí, el ADN Márquez salió a relucir, comenzó a remontar y la misma fue impresionante, uno por uno dio buena cuenta de todos sus rivales hasta llegar a los que estaban en cabeza de carrera y ahí, quizás, tendría que haber dado por buena una tercera plaza en el podio que le daba unos 16 puntos "muy ricos", pero no le bastó y mantuvo el fuerte ritmo que le había permitido llegar hasta la cabeza para superar a Maverick Viñales, segundo, y no contento con ello pensó en la posibilidad de alcanzar al líder, el francés Fabio Quartararo.
Y llegó el desastre. Su propia moto, mejor dicho la electrónica de su moto, le falló y lo lanzó por los aires a la salida de la rápida curva tres, con la mala fortuna de que además del fuerte golpe que se propinó, la rueda delantera de la moto impactó con su brazo derecho, lo que le produjo una grave lesión, fractura del tercio medio del húmero que podría venir acompañado de una paresia del nervio que se encuentra en esa zona que perjudicaría su recuperación.
Su presencia en la siguiente carrera, apenas dentro de unos días y en el mismo escenario como consecuencia de los cambios realizados en el calendario tras el confinamiento por el coronavirus, es prácticamente imposible e incluso para algunos la siguiente cita, el nueve de agosto en el circuito de Brno, en la República Checa, se antoja precipitada.
Obviamente a toro pasado cualquier cosa que se diga puede resultar demasiado fácil y los más detractores dirán que se tenía que haber conformado con la tercera posición, pero de haber hecho eso habría traicionado a sus propio principios. Si no lo intenta no es Marc Márquez.
La nota negativa en esta ocasión es que se ha hecho daño y su recuperación será más larga de lo que cualquiera hubiera querido, y más él; con apenas trece carreras en este "nuevo campeonato" las posibilidades de recuperar el terreno perdido se reducen considerablemente y eso es algo que saben sus rivales, que aunque le desean una rápida recuperación seguro que ya han hecho sus propias cuentas para el campeonato.
Y en ese punto los mejor colocados, por lo que se ha visto en el circuito Ángel Nieto de Jerez de la Frontera, son los pilotos de Yamaha, en particular el francés Fabio Quartararo, que ganó la carrera, y Maverick Viñales.
Viñales cometió un pequeño fallo en la elección de los neumáticos, en concreto del delantero, al elegir el compuesto más blando, cuando el resto de la parrilla, al completo, salvo su propio compañero de equipo Valentino Rossi, que acabó por los suelos, optaron por el compuesto más duro.JLL/nam
Juan Antonio Lladós