Ha condicionado la alineación en el tropiezo liguero ante el
Espanyol. Va a resultar determinante a la hora de cerrar los fichajes que están por llegar: un lateral zurdo y un delantero. Y, lo que es más importante, está en juego el crecimiento sostenido del
Sevilla económica y deportivamente. El partido ante el
Basaksehir, equipo que por nombre e historia invita al menosprecio, pero que ya demostró en la ida que tiene argumentos para competir, "es el más importante de la temporada", como ha dicho el propio Berizzo.
Están en juego todo el esfuerzo de la campaña anterior para acabar en la cuarta plaza, gran parte de las ilusiones depositadas en la actual y la consolidación de un proyecto
Champions por tercer año consecutivo por primera vez en la historia del club. La lluvia de millones que implican los seis partidos de la fase de grupos -un fijo
mínimo de 12,7 millones, 1,5 'kilos' por triunfo y 500.000 euros por empate-, más lo que pueda ingresar si entra en la ronda eliminatoria a partir de octavos, han convertido al Sevilla en los dos últimos años en el cuarto equipo con mayor techo salarial (unos 145 millones de euros, incluyendo al Sevilla Atlético).
Con
dinero, si se invierte bien -y el Sevilla así lo ha hecho en las últimas campañas-, es más fácil lograr éxitos deportivos.
No se trata de un partido más. Es una cita clave para el futuro del club.