Este pasado lunes hubo una reunión en Paterna entre Rafa Mir, que fue acompañado de su padre, y el Valencia para tratar la difícil situación del futbolista, en libertad provisional por una presunta agresión sexual. Tras el encuentro entre las partes en la ciudad deportiva del Valencia CF, el conjunto che anunció una decisión drástica sobre el delantero, que se entrenará en solitario y al margen de sus compañeros, al mismo tiempo que no contará para Baraja durante los dos próximos encuentros. Unas medidas disciplinarias que irán acompañadas de un expediente por su “modo de proceder en su tiempo de descanso”, el cual “afecta indiscutiblemente al rendimiento profesional que se espera de él”. Al mismo tiempo, desde la entidad de la capital del Turia afirman que seguirán colaborando con la Justicia en todo lo que esta requiera.
Una estrategia, la del Valencia CF, que es un claro patadón hacia delante, tratando de ganar tiempo y que pase la tormenta. En Mestalla saben que tienen que respetar la presunción de inocencia del futbolista, en préstamo por el Sevilla FC hasta final de temporada y con una opción de compra a final de curso por valor de cinco millones de euros que, a todas luces, no van a hacer efectiva bajo ningún concepto. Rafa Mir está legitimado para reintegrarse a su puesto de trabajo, al no estar en régimen de privacidad de libertad, y el Valencia CF, por tanto, está ‘obligado’ a abrirle las puertas, como ha hecho. De ahí esa sanción por saltarse el régimen de conducta del club, y no por los hechos por los que fue detenido, que aún no han sido juzgados.
De esta manera, el Valencia CF, también, se tapa ante la opinión pública y la corriente de opinión reinante en este tipo de casos, señalando en cierta manera al futbolista y no reintegrándolo con absoluta normalidad al día a día del vestuario. Uno de los escenarios que barajan en Mestalla es que no hubiera ninguna novedad en esta fase inicial del proceso penal mientras dura su cesión, por lo que volvería al Sevilla FC y el conjunto che se quitaría un problema de en medio. Y es que el Valencia CF ya tiene experiencia en asuntos así, vendiendo en su momento a Santi Mina al Celta de Vigo, cuando estaba a la espera de sentencia por algo de la misma índole. En Nervión, donde Mir tiene contrato hasta 2026, están muy pendientes de qué ocurre en la capital del Turia con el delantero y mientras tanto prefieren mantenerse al margen, aunque en ‘petit comité’ reconocen ciertas voces que podrían acabar teniendo un problema futuro.
Mientras que Rafa Mir recupera poco a poco su vida cotidiana, empieza a darle forma a su estrategia de defensa y trata de limpiar como puede su imagen, manchada para siempre. La defensa del futbolista, de hecho, ha pasado al contraataque contra la Guardia Civil, presentando un escrito ante el Juzgado número 8 de Llíria al que ha tenido acceso El Mundo y en el que acusa al Instituto Armado de llevar a cabo una investigación “sesgada y unidireccional” contra él para atribuirle una violación que nunca protagonizó.
Para ello se acoge al acta inicial levantada por la Policía Local de Bétera, en la que, según la defensa de Rafa Mir, se refleja textualmente que una de las jóvenes declaró que la chica presuntamente violada “se marchó al baño de la vivienda de forma consentida” con el futbolista. Junto a ello, dijo que había sido penetrada, pero que le dijo al futbolista que “parara” y éste “le hizo caso”.
El relato posterior a la Guardia Civil, sin embargo, sería muy diferente, comentando que la encerró en un baño, “puso el pestillo” y la “penetró con los dedos” mientras se encontraba en “shock” y le suplicaba sin fortuna que la liberara mientras le realizaba “moretones” en el brazo. Una versión que Rafa Mir niega de manera rotunda, apoyándose en el atestado inicial de la Policía Local aportado como anexo por la Guardia Civil y cuyo contenido, sin embargo, ha sido obviado a su juicio por la Policía Judicial.