Sonaban muchos, pero sólo eran cantos de sirena. La 'Operación Salida' se le está atascando demasiado a Víctor Orta y la hoja de ruta de la dirección deportiva está sufriendo algunos volantazos inesperados. Como el ocasionado en el tema de la portería.
Tras la marcha de Yassine Bono al Al-Hilal saudí, el club ha tenido que coger la calculadora de nuevo para ver hasta dónde se podían gastar en la contratación de un nuevo portero. Así y pese a que en la agenda estaban nombres como el de Livakovic, Djordje Petrovic, Fernando Pacheco y Bento, finalmente, el club se ha decantado por Orjan Nyland, exguardameta del RB Leipzig.
Este cancerbero, de 32 años y que cumplirá 33 en septiembre, ha sido internacional con Noruega en 46 ocasiones y actualmente se encuentra sin equipo. Pero lo que más sorprende es que en su trayectoria lo que faltan son partidos. Con 1,92 metros, casi siempre ha sido el meta suplente, un rol que también asumirá en la entidad hispalense debido a que Mendilibar confía plenamente en Dmitrovic. De hecho, es una de las condiciones que le van a llevar hasta el Sánchez-Pizjuán, en cuya planta noble buscaban a alguien que asumiera este papel desde el primer momento.
El historial de Nyland es muy llamativo, pues apenas suma 7 partidos en la Premier League, tras el ascenso del Aston Villa en 2019, y 20 partidos en la Bundesliga, entre los 18 que jugó en el Igolstadt en las lejanísimas temporadas 2015-16 y 2016-17, y los dos que jugó la campaña pasada 2022-23 en el Leipzig. Eso sí, el curso pasado alzó la Copa de Alemania con el conjunto energético.
Con su selección, pese a todas las convocatorias que acumula, apenas jugó un partido entre 2018 y 2021, coincidiendo con el periodo de sus dos graves lesiones (tendón de Aquiles y la espalda) que también han marcado su palmarés.
Así, se espera que el guardameta nórdico llegue a la capital hispalense esta misma tarde para ir terminando de atar los últimos flecos para convertirse en nuevo jugador sevillista, como el reconocimiento médico. Ahora, le tocará el turno a los dirigentes sevillistas para explicar las razones de su fichaje, ya que hasta ahora se había recalcado una y otra vez que la política debía ser incorporar jugadores jóvenes que pudieran generar plusvalías en el futuro.
El único consuelo que le podría quedar a la parroquia sevillista podría ser el escuchar que el dinero ingresado por Bono se va a destinar en la contratación de otras piezas que también le faltan al técnico vasco en su plantilla: un pivote defensivo, un extremo izquierdo, un lateral izquierdo si se cierra el traspaso al Aston Villa de Acuña y un delantero.