"Marcao, desgraciadamente, se ha lesionado. Él venía... Él tuvo unas molestias en la recta final de la temporada pasada en los isquios, por lo que estuvo jugando un mes entero prácticamente sin entrenarse, y esa lesión le ha debilitado el isquiotibial. En el momento en el que se han aumentado las cargas de trabajo, pues ha protestado el músculo. Afortunadamente, no es nada grave, pero, como no es tampoco una cosa urgente, que tenga que estar de hoy para mañana, estamos haciéndolo con precaución. Yo creo que, si todo va normal, la semana que viene se incorporará con el grupo y el día del Trofeo Antonio Puerta debería estar para jugar unos minutos. Es una lesión pequeña, de días, pero no queremos cometer errores que ya cometimos en el pasado. Más allá de eso, igual que se ha lesionado Rafa Mir; son gajes del oficio". Así describía Monchi, ex director deportivo del Sevilla FC, la primera dolencia de muchas del brasileño, durante uno de sus primeras sesiones en Montecastillo.
El presagio del isleño en los medios oficiales, muy a su pesar, se ha ido cumpliendo, hasta el punto de que el central que venía a sustituir a Diego Carlos y por el que hubo que pagar 13 millones de euros más bonus al Galatasaray, sólo ha jugado once veces en partido oficial con la camiseta nervionense, sumando unos exiguos 716 minutos en temporada y cuarto. Una frustrante ausencia de regularidad por culpa de hasta cinco dolencias distintas, todas de consideración y la mayoría musculares, con continuas recaídas que han hecho imposible contar con él de manera continua salvo por Jorge Sampaoli, que hizo lo mismo que su ex técnico en Turquía: forzarle y no permitir que el cansancio le sentara. Desde aquella microrrotura en la unión miotendinosa del isquiotibial de su pierna izquierda hasta la vigente en el aductor del mismo miembro, un auténtico calvario.
Además, Marcao ha padecido una rotura fibrilar del bíceps femoral derecho, pasando por el quirófano justo antes de la Navidad pasado, viéndose afectada posteriormente la unión miotendinosa del músculo semimembranoso de esa misma pierna y cambiando luego de perfil para lamentar otra microrrotura de carácter leve en el recto anterior del cuádriceps izquierdo. Precisamente en busca, dice él, de un especialista en la materia que consiguiera mayor estabilidad muscular ocurrió aquel episodio camino de Cádiz que originó controversia en las redes sociales, como si uno no pudiera relajarse y abstraerse en la playa de su mal fario, si fuera ése el caso. El zaguero y su mujer se quejaron en sus perfiles de Instagram, explicando que, paralelamente al viaje familiar, el de Londrina perseguía un cambio de hábitos de ejercicio que, por lo que se ve, sigue sin darle resultados satisfactorios. Sea culpa o no de aquella política de recuperación cero en Estambul, Monchi se lo vio venir.