El Sevilla FC necesita rebajar a toda costa su masa salarial. En concreto, tras las salidas de aquellos jugadores que han acabado contrato, dicho tope de gasto fijado por LaLiga aún se encuentra rebasado en más de 50 millones de euros. Por ello, en el club de Nervión rezan para que los jugadores que no tiene cabida en el próximo proyecto, muchos de ellos con sueldos bastante elevados, puedan encontrar un destino que satisfaga a ambas partes.
Como indicó el director deportivo, Víctor Orta, durante la presentación de Chidera Ejuke, desde la planta noble del Sánchez Pizjuán han sido contundentes con los descartes, transmitiéndoles tanto a ellos como a sus agentes que su ciclo ha finalizado. Pero el problema está más que descrito. Todos ellos se aferran a los contratos que tienen firmados, algo totalmente lícito, y no hay clubes que puedan pagar lo que cobran unos jugadores que por lo general vienen de ofrecer un pobre rendimiento.
En este escenario, la entidad sevillista ya valora la posibilidad de cortar por lo sano y rescindir de forma unilateral dichos contratos, con el coste que ello conlleva. Se trata de una vía contundente pero que ni mucho menos de descarta, tal y como informa Muchodeporte, puesto que todos en el seno del club son conscientes de lo difícil que será colocar a determinados futbolistas.
Lógicamente, tampoco será una medida inmediata, sino de final de mercado, puesto que antes se tratarán de apurar todas las vías posibles, aunque se ha llamado incluso a la puerta de otros clubes para ofrecer el producto y nada ha funcionado de momento. Por ello, antes que acceder a nuevas cesiones que supongan pagar la mayoría de la ficha, ya se baraja la opción practicada el pasado verano con Papu Gómez, Tecatito Corona e Idrissi.
Las rescisiones de estos tres jugadores supusieron un desembolso de unos 30 millones de euros. Pero en el club sevillista consideran que a la larga sale más barato. De hecho, en el caso del mexicano, tras el acuerdo alcanzado para que se marchase libre al Monterrey, hubo un ahorro cercano a los 10 millones.
Este método podría repetirse este verano, aunque la lista es larga. Por ello, la lógica invita a pensar que a los primeros a los que se les plantearía la rescisión serán aquellos jugadores que acaban contrato en 2025, como son Óscar Rodríguez, de vuelta tras una discreta temporada en el Getafe, Delaney y Augustinsson, a los que el Anderlecht no les puede pagar sus elevados sueldos para retenerlos.
A partir de ahí, hay más nombres, como los de Januzaj y Montiel, que acaban en 2026, y otros más complicados aún como Rafa Mir, Joan Jordán, Marcao o Nianzou, que finalizan en 2027.