Saúl Ñíguez se ha convertido en muy poco tiempo en una voz autorizada y en un referente respetado en el vestuario sevillista tras aterrizar este verano procedente del Atlético Madrid y habla de la situación nervionense como si hiciera años que milita en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
Así, tras la dura derrota contra el Girona, en la que no pudo participar por una sanción que también le impedirá jugar este sábado, dio la cara en redes sociales y pidió paciencia en un momento muy difícil. Una iniciativa que refleja galones que el propio club le ha otorgado según asegura el ilicitano.
"Llevo menos de tres meses aquí, pero el club me ha dado la responsabilidad de que ayude a los compañeros en una situación como esta. Tengo que dar la cara, jugando y sin jugar, para ponerle las cosas fáciles a unos compañeros que, si se les mete caña, en uno o dos años están quemados. Quiero que la gente de la cantera del Sevilla que está saliendo tenga un recorrido de 15 años en el club. Los que llevamos más tiempo en el mundo del fútbol debemos asumir esa responsabilidad. En épocas malas, los golpes duelen más, pero tengo las espaldas muy anchas. Que nos den a nosotros. Mandé un mensaje para que el sevillismo se desahogara conmigo. La gente respondió bien", explicó en una entrevista en El País el centrocampista, insistió en su papel como veterano con una frase final muy significativa.
"Los más veteranos tenemos que transmitir a los más jóvenes lo que significa vestir la camiseta del Sevilla. Aquí hay gente joven, que viene de la cantera y de otros equipos, que ven la situación y es complicado para ellos saber llevar la presión. Mi misión es que la mierda nos la comamos los veteranos", expresó Saúl, que manda un mensaje claro a la directiva del Sevilla, afirmando que la crisis institucional que sufre el club afecta sobre el césped y puede ser perjudicial en un partido tan importante como el del Getafe, pues se esperan numerosas protestas tanto antes como durante el choque.
"Eso llega. Es un ruido externo que no podemos controlar y que no debería afectarnos, pero llega. Igual no te afecta de primeras, pero si el Getafe te da un golpe, con tanto ruido, ese golpe te afecta diez veces más. Si nos hacen un gol, es complicado ahora que la gente nos ayude a salir de esa situación. Pero, ojo, no me escondo, los primeros responsables de todo somos los jugadores y somos los que nos tenemos que ganar el apoyo de la afición transmitiendo desde dentro del campo", indicó con sinceridad Saúl, que cree que todo influye negativamente.
"Entiendo que no hay tiempo, que te exijan resultados de manera inminente, pero tenemos que analizar las cosas. El Sevilla viene de dos años muy malos y esta dinámica tan mala no se puede cambiar de un día para otro. Y el problema no es solo deportivo, pues hay una mala din��mica social, institucional y económica. Las cosas están ahí y eso lo sabemos los jugadores, el director deportivo y el presidente. Si queremos devolver al Sevilla a lo más alto los primeros que tenemos que rendir somos los jugadores, que somos la cara visible de este proyecto", apuntó el alicantino, que cree que no es el momento de pedir nada a la gente: "No estamos en un momento para pedir nada. Sí me gustaría lanzar un mensaje de ilusión, trabajo y compromiso, y sobre todo de unión. Son momentos complicados y necesitamos unión. El Sevilla no está a su mejor nivel, es evidente".