Si hay un canterano en el Sevilla FC que ha brillado y abrió el camino para el crecimiento de la entidad ese es José Antonio Reyes. El atacante de Utrera está siempre en la mente de todos los aficionados de la entidad de Nervión y del fútbol en general. Perdió la vida con 35 años un 1 de junio de 2019 pero su legado está más vivo que nunca. Su juego, brillantez y personalidad quedarán para siempre. En este sentido, un entrenador de la casa como Manolo Jiménez ha recordado su paso por el filial y su salto al primer equipo sevillista.
Reyes salió de Utrera dispuesto a comerse el mundo y lo consiguió. Considerado uno de los mejores canteranos que han salido del Sevilla dejó un palmarés y trayectoria envidiables: una Liga, una Premier League, una Supercopa de Europa, cinco Europa League, una FA Cup, una Supercopa de Inglaterra y una Copa de la Liga en Portugal. Unas hazañas al alcance de muy pocos.
El técnico de Arahal Manolo Jiménez ha tenido sentidas palabras para el juego de Reyes en la cantera del Sevilla. En una charla mantenida con el periodista Roberto Arrocha, el que fuera técnico del club aseguró: "Reyes era el que marcaba las diferencias en todo. Debutó de forma precipitada. El equipo no estaba bien, volvió al Sevilla Atlético. Había que mostrarle el camino para llegar y quedarse, esa era una máxima que yo tenía en el filial", comenzó diciendo.
"Nosotros entrenamos para ser futbolistas del Sevilla FC, no pensar en otras cosas. Y el jugador que sea reclamado por el primer equipo lo que quiero es que se quede allí y no vuelva. Y Reyes necesitaba meterse de nuevo en ese camino y se metió".
Un Manolo Jiménez que dio ejemplos de la calidad que atesoraba: "Reyes y Antoñito les he visto en campos de Tercera y Segunda B hacer cosas que si las hacen cracks de Primera la están poniendo en las cámaras a todas horas. Era impresionante", afirmó.
José Antonio Reyes jugó en el Sevilla en dos etapas diferentes. Debutó en la temporada 1999/2000 y los dos siguientes cursos se consolidó en la élite antes firmar por el Arsenal en enero de 2004. Regresó a Nervión en la campaña 2011/2012 para cuajar cinco años grandiosos en los que ganó con el equipo de su alma tres Europa League. Un legado inolvidable que deja una huella imborrable en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.