Aitor Torvisco
Se ha escrito y hablado mucho sobre la manifiesta incapacidad de Diego Alonso para, no ya redirigir el rumbo de un ingobernable Sevilla FC, sino incluso para detener el vertiginoso plano contrapicado que apunta hacia los infiernos. No obstante, hay un dato que es demoledor y tremendamente descriptivo de lo que ha pasado en el equipo nervionense en las nueve semanas que el entrenador uruguayo se ha mantenido en el cargo entre débiles ratificaciones y lamentos de mala suerte que jamás engañaron a alguien: Diego Alonso ha pasado a la historia de LaLiga como el peor entrenador que ha habido jamás en la máxima categoría del fútbol español. Nunca antes nadie había aguantado ocho partidos en Primera división sin ganar ni uno solo. Lo irónico del tema es que ha desbancado en ese dudoso honor a otro exentrenador blanquirrojo y, sobre todo, que lo ha hecho dejando para el recuerdo cinco palabras que le perseguirán siempre.
Diego Alonso fue destituido apenas 20 minutos después de terminar el partido en el que el Sevilla FC fue goleado por el Getafe CF (0-3) en un indignado Ramón Sánchez-Pizjuán, que no le ha visto ganar como local. De hecho, sólo ha ganado dos partidos de los 14 que ha dirigido al club sevillista desde su llegada el pasado 10 de octubre en sustitución de José Luis Mendilibar y fueron ambos en Copa del Rey a domicilio y ante rivales de la sexta categoría del fútbol español (CD Quintanar) y de la quinta (Atlético Astorga). Además, en Champions heredó un equipo que había empatado las dos primeras jornadas de la Fase de Grupos y con él sumó cuatro derrotas, quedando colista y despidiéndose de competiciones continentales en diciembre.
El exseleccionador uruguayo despertó dudas a su llegada a Sevilla, teniendo en cuenta la difícil situación del club (en crisis enquistada) y que presentaba un currículum sin experiencia en Europa. Su bagaje en LaLiga se centraba a su experiencia como jugador en el Valencia, Atlético de Madrid, Rácing de Santander, Málaga y Murcia. "Y a dos cursos que hice en la RFEF", precisaba en su presentación. De todas sus frases en ese afán por transmitir confianza y esconder palpables debilidades, dejó la que sin duda será la lapidaria frase por la que será recordado: "No siempre se puede ganar", dijo cuando ya llevaba un mes en el cargo. Ni siquiera ha llegado a ganar una vez.
El dato aportado por el periodista Pedro Martín en la Cadena Cope habla por sí solo. "Más partidos de Primera y ninguna victoria entrenando a los seis grandes clubes del fútbol español: 4 de Marculeta (Atlético) en 1935; 5 de Ortega (Sevilla) en 1989; 8 de Diego Alonso (Sevilla) 2023. Diego Alonso es el peor entrenador que jamás ha pasado por un club grande del fútbol español". Ese Ortega es José Ortega, que estuvo cinco encuentros al frente del primer equipo sevillista entre la destitución de Xabier Azkargorta y la llegada de Roque Olsen en la 88/89. Entre el sevillano y el uruguayo tienen las dos peores marcas de LaLiga.
No obstante, el siempre hiperactivo estadista Fran Martínez y su cuenta @LaLigaenDirecto aún va más lejos en esos espeluznantes datos del balance de Diego Alonso: "531 entrenadores han pasado por los 10 grandes del fútbol español en Primera (Real Madrid, Barcelona, Atlético, Valencia, Athletic, Sevilla, Espanyol, Real Sociedad, Betis y Zaragoza) y sólo hay uno que sume cero victorias habiendo disputado más de siete partidos: Diego Alonso". Es decir, no batió estos récords ante el Getafe CF, ya lo tenía desde Mallorca. Se va, además, empatado a puntos en la zona de descenso.
En la Champions dirigió cuatro partidos con pleno de derrotas: dos ante el Arsenal FC (1-2 y 2-0), otra ante el PSV Eindhoven (2-3) y la última ante el RC Lens (2-1), mientras que en LaLiga sumó los referidos ocho encuentros con cinco ecuentros empatados y tres perdidos. En este torneo empezó su andadura en el Sánchez-Pizjuán con un meritorio empate ante el Real Madrid (1-1) y continuó por la misma senda en Cádiz (2-2) igualando un marcador adverso. Volvió a firmar tablar en Vigo ante el RC Celta (1-1), en el derbi en casa ante el Real Betis (1-1), en San Sebastián frente a la Real Sociedad (2-1), ante el Villarreal (1-1), en Palma contra el Mallorca (1-0) y este sábado ante el Getafe (0-3).
Pues lo peor de todo esto que acaban de leer con los peores números de los más de 100 años de historias de LaLiga española es que en Nervión hay una aplastante unanimidad a la hora de aseverar que Diego Alonso sólo ha sido una víctima más de la espiral autodestructiva en la que está sumido el Sevilla FC y la deriva a la que le lleva un timón sin timonel. Aceptó ocho meses de contrato sin posibilidad de renovar y un sueldo de 200.000 euros. No era la solución, a la vista está, pero no ha sido el principal culpable. Ni mucho menos. Que pase el siguiente... si es que se atreve.