Aitor Torvisco6 min lecturaNo es fácil sacarle palabras a Jesús Navas ante las cámaras. Tiene un discurso muy interiorizado, casi robótico, en el que busca su zona de confort para no salirse mucho del discurso estándar y librarse lo antes posible de un trámite en el que nunca se ha sentido cómodo y no lo va a hacer ahora a los 38 años (los cumple el martes). No le gusta hablar ante los medios, lo suyo es expresarse en el campo, ahí no escatima. Lo que a muchos les sorprenderá verle comunicarse en el vestuario, donde se hace escuchar mucho más de lo que podrían pensar algunos. Y no ya en el del Sevilla FC, su casa desde crío, sino en el vestuario de la selección española, como capitán por primera vez y en su partido 50 con la 'Roja'.
Todo ello lo ha mostrado la cuenta en redes sociales de la selección española en un bonito vídeo de cómo se vivió ese "día único" desde dentro de la 'Roja'. A buen seguro, el sevillismo le gustará ver su felicidad y hasta qué punto es literal eso que repite tanto de que sigue disfutando "como un niño". También se emocionará viendo su humildad para acordarse, en estos momentos de loas a su leyenda, de personas importantes que ya no están: sus abuelos, José Antonio Reyes, Antonio Puerta... Navas se hace querer allá por donde va.
Jesús Navas alcanzó el jueves, en la victoria de España ante Chipre, portando el brazalete de capitán, 50 partidos como internacional español, un momento que a sus 37 años aseguró que "es muy especial" y "algo único". Campeón del Mundial 2010, la Eurocopa 2012 y la Liga de Naciones 2023, Navas está entre los futbolistas más laureados de la historia de España. Se mantiene como único representante de la 'generación de oro' que se proclamó campeona del mundo por primera vez, con el deseo de ganarse un puesto en la próxima Eurocopa de Alemania tras participar en la fase de clasificación. El grupo le respeta, como se ve en un vídeo en el que la RFEF le obsequia con una camiseta conmemorativa de sus 50 encuentros que el sevilllista dedica a unos compañeros que le jalean antes de posar para una foto en familia.
"Cada momento con la selección es muy especial, lo disfruto al máximo porque es lo máximo para un futbolista. Llegar a esa cifra es algo único", confiesa el capitán del Sevilla FC tras alcanzar los 50 partidos mientras se ven imágenes de su debut, el 9 de noviembre de 2009 de la mano de Vicente del Bosque, en un partido en el ya desaparecido Vicente Calderón. "Fue algo muy especial por lo que estuve luchando tanto tiempo para poder llegar a la selección y disfrutar de ella. Fue en un partido contra Argentina en el Calderón, conseguimos la victoria y disfrute al máximo de mi selección. Estaban Casillas, Sergio Ramos, Capdevila, Xabi Alonso, Iniesta, Villa... luego conseguimos el Mundial a los pocos meses. Fue algo único", recordó.
"Es increíble todo lo que he conseguido con la selección y seguir disfrutando con las ganas que tengo de seguir consiguiendo éxitos. Cada vez que venimos es para darlo todo y estar muy orgullosos. Es con lo que sueña uno cuando quiere ser futbolista. Poder defender a tu país", explica el 'Duende' a los medios de la RFEF, explicando por qué, pese a debutar con el '9', siempre ha asociado su nombre al dorsal 22: "Siempre me gustó, es el número que me gusta, con el que empecé y disfrute del Mundial y lo conseguimos. Me ha dado suerte y he seguido viniendo consiguiendo títulos".
En un momento especial, a Navas lo que le sale es compartirlo con demás, con sus familiares que le ayudaron en sus primeros pasos y con compañeros que, por desgracia, ya no están, como José Antonio Reyes y Antonio Puerta. "En estos momentos me acuerdo de mis abuelos, que siempre me llevaban al fútbol y siempre estuvieron presentes en los éxitos. Mi abuelo ya no puede estar con nosotros pero sé que desde el cielo nos sigue. Y me acuerdo de José Antonio Reyes, de Antonio Puerta, de todos los que estuvieron con nosotros y siempre los tendremos en nuestros corazones. Y de toda mi familia, que siempre me ha apoyado en todos los momentos. Va por ellos también", explicó con una contenida emoción que se hacía notar en el brillo de sus ojos.