Tras el parón veraniego, el 'Caso Negreira' ha cogido fuerza en las últimas semanas con las decisiones de la Fiscalía y el juez instructor, que han puesto en nuevos aprietos al Barça. El club blaugrana pensaba que, una vez salvado el 'match ball' antes del verano, cuando la UEFA no tomó medidas en el asunto, el caso se iría diluyendo en el tiempo y no se hablaría tanto de él en la presente temporada.
Sin embargo, las decisiones del juez permiten a cualquier club que haya jugado contra el Barça a lo largo de esos años presentarse como acusación particular en el caso. Y no sólo no ha permitido que su presidente, Joan Laporta, aparezca como acusación, sino que éste ha acabado imputado. Eso ha dado pie a sus dos comparecencias de la pasada semana, en las que Laporta se sacó de la manga lo del "madridismo sociológico" y acusó a las fuerzas públicas centrales de estar detrás de la acusación al Barça.
De la misma forma, en el club blaugrana mantienen que el pago a Enríquez Negreira, exvicepresidente del CTA, no tenía como fin influir en nada, sobre todo porque el propio Negreira tenía muy poca influencia en es Comité Técnico de Árbitros. Es la premisa que mantienen algunos excolegiados como Luis Medina Cantalejo, actual presidente del CTA, o el mediático Eduardo Iturralde González, quien aseguran que Enríquez Negreira no 'pintaba nada' en aquel comité arbitral.
Y es una versión que contrasta con la de otros árbitros de aquella época, que señalan a Negreira como clave en el organigrama que dirigía Sánchez Arminio. "Será una broma lo de que no pintaba nada", asegura en 'El Chiringuito de Jugones' el exárbitro Rafa Guerrero, quien con sólo señalar algunas de las cosas que Enríquez Negreira hacía y que él vivió en primera persona dejan claro su gran influencia.
"Era la mano derecha de Sánchez Arminio", advierte antes que nada Rafa Guerrero, quien señala que el colegiado catalán "estuvo en las designaciones" y que, a él mismo, fue el encargado de comunicarle sus ascensos. "Estuve 14 años con él. Me comunicó mi ascenso", añade.
En este sentido, asegura en El Chiringuito el miedo que había en el colectivo arbitral a molestarle, ya que podía decidir una carrera. "Todos los árbitros que querían subir a Primera temían a Negreira porque era el encargado de observar a la base, Segunda A y B", señala el excolegiado castellano-leonés.