El Girona se la juega esta semana ante el Sturm Graz en la Champions. A pesar de su mal comienzo en la máxima competición continental, los de Míchel, que no podrán contar con Arnau Martínez pero sí con Abel Ruiz, quien ha dejado por fin atrás sus problemas con las lesiones, en la convocatoria, necesitan dar un golpe de efecto en la máxima competición continental. Saben que esta es su gran oportunidad para crecer y reivindicarse. Pocas balas les quedan ya para seguir vivos en la lucha por meterse en los ‘playoffs’ para pelear por los octavos de final de la Copa de Europa, por lo que combatirán hasta el final. No estarán solos en Austria. Varios aficionados, a pesar de lo duro que es el desplazamiento, acudirán a dicho país para apoyar a los suyos y que estos se sientan arropados.
70 aficionados, tal y como apunta Mundo Deportivo, harán acto de presencia en el Wörthersee Stadion para apoyar a los pupilos de Míchel en uno de los partidos más importantes de la temporada en la Champions. Pueden no parecer demasiados, pero hay que apreciar el esfuerzo para poder llegar a la sede del duelo ante el Sturm Graz. No en vano, los propios jugadores del Girona han sido los únicos que han podido aterrizar en dicha localidad de forma directa, lo que deja claro las dificultades que tienen sus seguidores para poder llegar.
Para poder llegar a Klagenfurt, las opciones que han utilizado los que forman parte de la masa social del Girona han sido variadas, pero todas diferentes. No en vano, hay que destacar que muchos han tenido que volar desde Viena, Trieste (desde Roma, la capital de Italia) o, incluso, Liubliana. Esta no ha sido la única forma de viajar, ya que han tenido que desplazarse en tren o coches de alquiler, los cuales suponen un desgaste extra para poder ver a su equipo que, a buen seguro, se sentirá bien arropado en uno de los duelos más relevantes de su historia reciente.
A pesar de lo cansino que puede resultar el viaje, la masa social de la entidad catalana no ha perdido en ningún momento el ánimo ni, muchos menos, la ilusión. Saben que la Champions siempre es un evento especial y que, si ganan en Austria, pueden dar un paso hacia delante, por lo que no les importa el viaje. Todo, para que sus futbolistas se sientan protegidos por sus cánticos y que sepan que no van a estar solos ante el Sturm Graz.
La masa social del Girona, que, aunque sean pocos en la grada del estadio, a buen seguro, serán muy ruidosos. Su confianza es alta y esperan que los de Míchel, quien, poco a poco, ve cómo su enfermería se va vaciando, para su fortuna, puedan conseguir una victoria que les permita dar un notable golpe de efecto en la máxima competición continental. En el caso de que se hagan con los tres puntos, tendrán opciones hasta el final de la conocida como fase liga, algo que quieren apurar hasta que no tengan posibilidades de acceder a la siguiente ronda.