De entre todas las polémicas que están surgiendo en estos últimos días alrededor del fútbol y del deporte, sin duda, la vivida en Grecia es una de las más surrealistas. La Superliga llegaba a la cuarta jornada de los playoff para hacerse con el liderato y en uno de esos partidos se medirían el AEK y Aris, era el partido inaugural. Estaba todo preparado y a última hora un cambio que nadie entendía en un principio: los árbitros designados eran otros a los anunciados en un principio. Según informa el periódico Gazzeta.gr el motivo es que "llegaron borrachos a Atenas". Para la ronda final de la Superliga, la competición decidió reemplazar a los colegiados locales por extranjeros, tratando de velar por la imparcialidad, motivo por el que árbitros polacos se dirigían a impartir justicia a Atenas.
Al parecer, el árbitro principal Pawel Raczkowski (a quien ya se le ha visto dirigir importantes competiciones europeas) y sus asistentes Radoslav Siecka y Adam Kupcik y el VAR Kristof Jakubik, tuvieron un problema en el avión. En esas estaban los polacos volando a Atenas el sábado por la noche cuando sucedió el altercado que ha levantado ampollas. "Durante el vuelo se pelearon con pasajeros griegos que viven en Polonia y venían a visitar su tierra natal. Los cuatro árbitros mantuvieron una conversación sobre los antecedentes del fútbol griego diciendo cosas terribles mientras consumían grandes cantidades de alcohol en el avión", puede leerse en el mencionado periódico.
Los pasajeros que estaban en el avión y que conocían el idioma con el que se comunicaban los árbitros, comprendieron lo que estaban diciendo y se lo afearon. A eso, los protagonistas de esta estrambótica historia dieron respuesta de forma bruta, "llegando a escupir a uno de ellos".
Ante esas información, Rackowski lanzó un comunicado desmintiendo los hechos. La versión es otra radicalmente opuesta: "Todo es mentira, somos árbitros profesionales, nunca nos comportaríamos así", asegura Pawel Raczkowski. El mismo dice que lo que sucedió en el vuelo es lo siguiente: "Dos pasajeros que hablaban ambos idiomas, comenzaron a insultarnos sin motivo alguno. Nos dijeron que apoyan al Panathinaikos y que al día siguiente contarían todo a la prensa y no pitaríamos en este partido".
Incluso, según la versión el árbitro principal, "uno de ellos" les "agredió verbalmente" y le "escupió en la cara". Asegura que "con la intervención de la policía, el incidente se detuvo" y reitera que no estaban borrachos. "Quería denunciar ante la policía en el aeropuerto y el representante de la Federación me dijo que no había motivo para hacerlo y que perderíamos toda la noche. Lo acepté y me fui al hotel donde pasé toda la noche, no a algún bar, como fácilmente se puede comprobar por su grabación en circuito cerrado. Por la mañana, mientras nadie me contactó, como se filtró erróneamente, el Sr. Bennett (Federación) vino a buscarme al hotel y me dijo que no pitaría el partido", dice.