Trágico y despiadado acontecimiento ha inundado el fútbol brasileño en las últimas horas con el asesinato de Hugo Vinicius Skulny Pedrosa de tan sólo 19 años. El prometedor jugador de fútbol fue encontrado muerto por la policía con el cuerpo totalmente desmembrado y todas las partes de su cuerpo amputadas, incluida la cabeza. Todo sucedió tras acudir a una fiesta con sus amigos el pasado 25 de junio.
Según apuntan fuentes policiales, Vinicius habría fallecido tras recibir tres disparos y posteriormente los asesinos utilizaron una motosierra para dividir en partes el cuerpo y deshacerse de él. El futbolista jugaba como delantero en el equipo de su municipio y había comenzado la Universidad este mismo año. Su prima habló ante los medios para expresar que el acto "es algo cruel y despiadado".
La pesadilla de Vinicius comenzó tras abandonar la fiesta en la que se encontraba con amigos. Éstos lo dejaron en casa de su novia al finalizar el evento ubicada en Sete Quedas, muy cerca de la frontera brasileña con Paraguay. La madre del fallecido denunció la desaparición al día siguiente, pero tras días de intensa búsqueda fue la autoridad brasileña la que encontró los restos del futbolista flotando en el río de la citada localidad.
Vinicius ha tenido que ser identificado por un tatuaje, pues hasta el momento, sólo han podido identificar la la cadera, el torso y el muslo. Su cabeza, aún se encuentra en paradero desconocido. Una verdadera atrocidad. La principal sospechosa de su muerte es su pareja, así lo asegura la Policía: "La joven de 21 años es un elemento clave para que se esclarezca el caso. El jugador se presentó en su casa y allí fue ejecutado, puede tener algún tipo de implicación en el crimen", indicó la responsable de la investigación al medio G1 de OGlobo. Sin duda un asesinato digno de una mente enferma y de un monstruo que le ha costado la vida a un joven inocente de sólo 19 años con toda la vida por delante.
En 2020 la tasa de homicidios en Brasil alcanzó la cifra más baja reportada en el país desde 2016, paradójicamente. Este resultado contrasta con los diez años anteriores, cuando el país había registrado una tendencia general creciente en la tasa de homicidios.
Brasil con, 3649 asesinatos más que en 2019, ocupa el puesto 165, en cuanto a tasa de homicidios intencionados (o intencionales por cada cien mil habitantes).