Ayer habló Thuram, y hoy ha sido el turno para Kylian Mbappé y el seleccionador francés, Didier Deschamps. En la noche de este lunes 16 de junio debutan en el torneo ante la selección de Austria en lo que será la primera piedra de toque para un combinado sobre el que hay puestas muchas miradas. Primero, porque tienen la oportunidad de empatar a España y Alemania como selecciones con más entorchados continentales en toda la historia y seguir aumentando su legado. También por ser capaces de resarcirse de la derrota dolorosa en el pasado Mundial de Qatar ante Argentina que dejó a esta excelsa generación sin levantar de nuevo otra Copa del Mundo.
Ya ha dejado clara su postura Mbappé y hay muchos aficionados a los que les inquieta que la situación política de su país pueda desequilibrar el rendimiento deportivo. Esto decía al respecto el seleccionador: "Cada uno tendrá su propio análisis. En cualquier situación, hayamos dicho lo que hayamos dicho, nos gustará, no nos gustará... Hay que reconocer que obviamente los jugadores son futbolistas inmensos pero sobre todo son ciudadanos franceses, que no están fuera de la situación que Francia puede estar sufriendo. No hay ningún consejo por mi parte ni por parte de la federación que dar: ellos vienen y hay libertad de poder decir las cosas con sus propias palabras, su propia sensibilidad. A mi nivel, tengo mucho que solucionar de cara al partido de mañana. Estoy en la mesa del personal, no de los jugadores, y hay discusiones sobre política, como ha sucedido en ocasiones".
Aunque tras tratarse demasiado este tema en todas las preguntas, Deschamps tiró de galones y mandó un mensaje directo a los periodistas presentes en forma de 'recado': "Tenemos un partido... ¿Os lo recuerdo?", haciendo referencia a la excesiva insistencia sobre el tema político.
De cara al duelo ante los austríacos, esto comentaba Deschamps: "El primer partido es muy importante, no decisivo pero sí muy importante. Empezar con una victoria no hay nada mejor porque nos coloca en una buena posición y ese será nuestro objetivo mañana, aunque Austria piense lo mismo. Hay que afrontar bien el primer partido pero hay un contraejemplo, con la última competición. La que ganó el título, Argentina, perdió el primer partido, pero es mejor ganarlo...".
Cuando una selección aspira siempre a conseguir grandes cotas en cada uno de los torneos, no siempre es fácil mantener enchufados a los suyos en el discurso. Así lo hace el preparador galo: "Al más alto nivel, incluso en su club, ningún entrenador les dice que no pueden ganar. Nos aseguramos con todo el personal, los analistas de vídeo, de darles toda la información sobre el rival de mañana. He visto casi todos los partidos de la Eurocopa y el rasgo común es la intensidad muy alta y Austria tiene esa fuerza, para poner mucha intensidad y presión. Ella también tiene la cualidad de utilizar bien la verticalidad en el juego. Tendremos que estar preparados para obtener el resultado que queremos".