El arbitraje de Alberola Rojas no fue la clave en la eliminación del Real Betis en octavos de final de la Copa del Rey. Una premisa que hay que dejar clara desde el principio, lo que no es óbice para que se pueda escrutar, examinar y, llegado el caso, censurar algunas de sus decisiones. De su obsesión por dejar jugar, incluso dejando de señalar faltas claras por agarrones u obstrucciones, se beneficiaron ambos equipos en diferentes momentos del encuentro, aunque quizás Juan Cruz (como Luiz Felipe) debieron ver alguna tarjeta amarilla por sus duras entradas. Con todo, la impericia verdiblanca para llevar el timón, su fragilidad defensiva (especialmente por el costado derecho) y dos errores puntuales (y casi no forzados) determinaron que la doble ventaja no sirviera de nada, llegándose a una tanda fatídica que, como en Riad, apeó a los de Manuel Pellegrini de su segunda competición en seis días.
A esta hora, de todas maneras, ni la RFEF ni la cadena de televisión con derechos de emisión (Movistar Plus, que los ha revendido a Orange) han presentado una toma que demuestre que el balón sale completamente por la línea de fondo antes del pase atrás de Rodri que Luiz Henrique mandó al fondo de las mallas a los trece minutos. Se supone que sería revisado por el VAR y, de hecho, hubo un momento de la retransmisión en que se intentó probar la ilegalidad de la jugada con la captura presuntamente revisada por Del Cerro Grande, el del Cádiz-Elche del pasado lunes, que no fue enviado a la 'nevera' como sus supuestos ayudantes, Ignacio Iglesias Villanueva (que asumió su grave error en el 1-1 y pidió perdón públicamente a los amarillos) e Isidro Díaz de Mera Escuderos, por lo que el madrileño suplió en sus funciones a distancia al aragonés Jaime Latre. Las similitudes con el tanto de Japón a España en Qatar 2022, que sí se pudo demostrar que sale del todo pero fue validado, son flagrantes, igual que el diferente criterio.
En los cuatro goles, el video arbitraje sí se cercioró de que no había irregularidades previas. Por ejemplo, un zaguero rojillo rompe el posible fuera de juego de Borja Iglesias en el inicio de la acción del 1-0, mientras que tampoco estaba más adelantado Aimar Oroz en el 1-1, cuando no se valoró una posible carga ilegal de David García a Sabaly en el remate postrero. Tampoco incumplía norma alguna el 'Panda' al desmarcarse ni el senegalés al remachar el 2-1, ya que el pase del '9' iba siempre unos centímetros más cerca de la línea de meta que el lateral derecho. Finalmente, Budimir estaba habilitado cuando peina para que Rubén García aproveche la falta de entendimiento entre el autor del segundo tanto local y Edgar. En los penaltis, los porteros mantuvieron al menos un pie sobre la línea hasta que los lanzadores impactaron con el balón cada vez.
No obstante, con el reloj apuntando al minuto 122, una jugada controvertida pasaría desapercibida para la mayoría. Era la última opción antes de que la ronda de octavos se decidiera con penas máximas. Aitor Ruibal no puede fusilar a Sergio Herrera en el segundo palo, taponando su tiro un Manu García que también se interpuso en el intento postrero de Sabaly de devolverla al corazón del área. El consiguiente córner lo botaría Canales y, tras un primer despeje del portero navarro, David García despejaría de manera heterodoxa ante un Loren que se preparaba para ensayar su derechazo. Alberola Rojas dictaminó falta del marbellí, precisamente lo único que no fue, ya que, como apunta el compañero Andoni Otxotorena, se trata de una acción ambigua en la que el central navarro rozó el juego peligroso por bajar demasiado la cabeza, condicionando al adversario y pudiendo lastimarse. El choque pudo y debió terminar en un libre indirecto dentro del área que podría haber sido bastante peligroso.