El mundo del fútbol da muchas vueltas. Si no, que se lo pregunten a Pape Cheikh, que en 2017, con apenas 20 años, era traspasado del Celta de Vigo al Olympique de Lyon por 10 millones de euros. Una cuantiosa operación que hacía presagiar un futuro prometedor para el joven futbolista.
Pero la progresión que venía mostrando el senegalés desde que irrumpió en la primera plantilla celeste se vio frenada en seco. En el conjunto francés jugó casi tanto en el filial como en el primer equipo a lo largo de dos temporadas (apenas 25 partidos), regresando al Celta de Vigo como cedido en la 19/20 y marchándose también a préstamo al Dijon el curso siguiente.
Ninguno de estos dos préstamos sirvió para relanzar su carrera y en 2022, tras un año completo sin jugar en el Lyon, rescindió su contrato y puso rumbo a Grecia, firmando con el Aris de Salónica. Pero las cosas no le fueron mucho mejor. Jugó 14 encuentros y dejó el equipo a mitad de temporada.
Fue entonces cuando decidió regresar a España. El Elche le dio la oportunidad de entrenarse y finalmente optó por hacerle un contrato una vez cerrado ya el mercado de enero, dada su condición de agente libre. Pero cerró la campaña con sólo dos choques disputados con un conjunto franjiverde que acabó descendiendo a Segunda división.
El declive continuaba y se agravó más si cabe en verano. El centrocampista formado en la cantera del Celta, que llegó a ser internacional sub 21 español y absoluto por Senegal, no encontró equipo y se enroló en las filas del modesto Club Deportivo Marino de Tenerife, en Tercera RFEF.
Allí ha estado algunos meses entrenando para mantener la forma y también participando en algunos partidos, viendo pasar también el mercado de enero si ninguna oferta que le sacara de ese pozo. Pero, por fin, ha llegado esa oportunidad que le devuelve al fútbol profesional.
A sus 26 años, Pape Cheikh, que llegó a jugar 46 encuentros con el Celta, ha firmado hasta final de temporada por el DAC 1904 de la ciudad de Dunasjska Streda, que marcha cuarto en la liguilla de seis equipos que pelean por el título en Eslovaquia y es entrenado por el español Xisco Muñoz. Su objetivo real, sin embargo, es clasificarse para competición europea, pues marcha a 23 puntos del Slovan de Bratislava.
Además, el mediocentro tendrá como compañeros al lateral izquierdo español Álex Méndez, que llegó al país en 2020 al fichar por el Michalovce procedente del juvenil del Alcoyano, y a su compatriota Moussa Koné. Ambos podrán ayudarle a su adaptación en un equipo en el que tiene por delante la ocasión de ganarse un contrato por dos temporadas más si convence con su rendimiento en los partidos que restan.