No ha podido contener las lágrimas Sergio González durante su despedida del Cádiz. El técnico catalán pone fin a un proyecto que comenzó a mitad de la temporada 2021/22 y que ha acabado antes de tiempo, tras una serie de malos resultados que han obligado a Manuel Vizcaíno a buscar un cambio en el banquillo del conjunto andaluz. No ha sido fácil para Sergio despedirse de la que ha sido su casa durante dos años "increíbles" y con "muchas emociones", en los que ha "conectado" con todas las personas que forman parte de la entidad.
El que fuera entrenador de Espanyol y Valladolid, llegó en enero de 2021, a falta de 18 partidos para el final, exactamente los mismos que va a encontrar su sucesor se ponga al frente del equipo. En este periodo ha estado en el banquillo en 82 partidos, en los cuales ha logrado los 3 puntos en 20, empatado 28 y ha caído en 34. Este bagaje le ha servido para evitar el descenso durante dos temporadas, la primera, en la que el equipo estaba en una situación complicada, lo sacó del pozo y dejó una gran imagen, ya que como él mismo ha señalado, los jugadores "volaban" sobre el césped. En hace unos meses, cuando terminó 16º, en uno de los finales más apretados que se recuerdan en la parte baja de la tabla.
El exjugador se marcha del Nuevo Mirandilla por la mala racha que atraviesa el equipo, una "losa" que ha sido demasiado pesada. El equipo amarillo lleva sin conocer la victoria desde septiembre y actualmente marcha en puestos de descenso, con 15 puntos y a 2 de la salvación que marca el Sevilla. La derrota ante el Alavés el pasado viernes fue la gota que colmó el vaso y ya en las declaraciones posteriores al duelo, dejó entrever claramente que había sido su última noche en la banda. Sin embargo cree que esta floja dinámica es tan solo "un bache" y que los jugadores son capaces de sacarlo adelante, aunque si que es consciente de que han acusado la presión de los malos resultados y han estado "lejos de su mejor nivel". Aunque tampoco se ha olvidado de las lesiones, que le han impedido tener "continuidad" cada vez que la situación parecía mejorar.
Antes de irse ha aprovechado para agradecer a todos los forman el Cádiz, pero sobre todo a su presidente, Manuel Vizcaíno, por "confiar" en él y darle la oportunidad, ya que sin su figura "no habría podido vivir esto”. También de sus hijos, a los quue les ha costado entender el cambio. “El otro día me preguntaban que por qué ya no era el primer míster del Cádiz, les dije que a veces no puede ser todo”, expersó.
La junta directiva cadista tiene ahora la difícil papeleta de buscar un sustituto que se haga cargo del club y de la frágil situación. Sin embargo están sufriendo para encontrar la persona idónea, ya que pocos tienen el valor de esta misión. Primero Diego Martínez y Rubi rechazaron sendas ofertas, después no se pudo cerrar al joven Guille Abascal y Pablo Machín tampoco fue posible, por lo que ahora están ojeando el mercado sudamericano. Ya se escuchan rumores de viejos conocidos de LaLiga como el Toto Berizzo o Mauricio Pellegrino.