El Real Betis va a centrar sus esfuerzos invernales en fichar un mediocentro defensivo, sin desdeñar las opciones de potenciar, llegado el caso y si hay dinero suficiente por alguna salida, el eje de la defensa, los costados del ataque y la delantera. No van a venir cuatro futbolistas como el pasado mes de enero, eso está claro, pero tampoco se pretende un inmovilismo que, con la regla 1:1 activa desde finales de agosto y réditos por la venta extemporánea de Rodri Sánchez al Al-Arabi qatarí, podría ser contraproducente por la acumulación de varias lesiones graves. No se pretende un remiendo, pues Manuel Pellegrini está contento con Mateo Flores y se entiende que Carlos Guirao, Sander Ballero e Ismael Barea (el primero debutó en Copa del Rey con los mayores y es fijo para Arzu en el Betis Deportivo, con dos asistencias en su haber, la última a Souleymane Faye ante el Alcoyano) pueden ayudar llegado el caso.
Sin embargo, a William Carvalho no se le espera, en el mejor de los casos, hasta finales de curso por su rotura del tendón de Aquiles derecho, lo que, teniendo en cuenta que no se suplió realmente la marcha de Guido Rodríguez, deja un vacío importante en la 'sala de máquinas'. Incluso con la entrada del de Valencina de La Concepción, los técnicos han consensuado que ocupar la vacante ficha '17' con un pivote es prioritario, ya que Marc Roca lleva cinco semanas K.O. (desde El Gran Derbi) con unas indeterminadas molestias de rodilla, con lo que Johnny Cardoso y Sergi Altimira se están alternando cada 3-4 días, midiendo el 'Ingeniero' y sus ayudantes las cargas casi milimétricamente para que ninguno caiga a la enfermería, circunstancia que sería letal de necesidad. Cruzan los dedos en La Palmera a la espera de una ventana de transferencias que equilibre el equipo por dentro, con el nombre sempiterno de Dani Ceballos en todas las bocas.
Lo del utrerano ha pasado en los últimos años de deseo irrealizable a razón de Estado. Por ambas partes, pues tampoco sería justo que las culpas de los sondeos frustrados del pasado recaigan únicamente en las espaldas del '19' madridista. Es cierto que, desde que se marchó de aquella manera en 2017, el río ha sonado cuando iba prácticamente sin agua más de una vez o que los guiños del canterano verdiblanco no se veían luego correspondidos con presiones o esfuerzos para cumplir el que se supone su sueño de regresar. Al menos, se tendieron puentes donde había tierra quemada y desconfianza para cuando se dé el escenario ideal. Parecía que, contra pronóstico, llegaría este último verano, aunque, con Ceballos poniendo de su parte (por voluntad y por gesto económico), el dueño de sus derechos hasta 2027 se negó a soltarlo cedido o a precio de amigo, solicitando 10 millones y dos en bonus para empezar a hablar. Imposible para el Real Betis, que 'repatrió' por menos de la mitad a Lo Celso.
Ahora, según ha podido saber ESTADIO Deportivo, la tesitura sigue siendo igual de complicada. Los heliopolitanos han conseguido que, de abandonar Chamartín, el mediocampista sólo se plantee volver a su casa, aunque el Real Madrid, que no lo usa (108 minutos en total, con la única coartada para Carlo Ancelotti del esguince de tobillo que se produjo precisamente ante el Betis), se niega esta vez hasta a valorar su pase, habida cuenta de la plaga de lesiones que sufre (Carvajal y Militao, hasta la campaña que viene; más Lucas Vázquez, Alaba, Courtois, Rodrygo, Tchouaméni...). Antes se plantean los blancos recuperar la inversión por el ex del Mónaco, a quien puede que sea necesario volver a ver de central. Como en el Bernabéu sí que no puede jugar cualquiera, el cierre de fronteras se antoja seguro, incluso para los infrautilizados como Dani, Endrick o Arda Güler. De alinearse los astros, entre Ceballos y el club de sus amores no habría problemas para entenderse en cuestión de minutos.