"Ya tenía ganas de convertir. Trataba de estar tranquilo, no quería comerme la cabeza. Los que jugamos en punta vivimos de esto y se me ha dado. Es parte de nosotros convertir. Vivimos de los goles y de aportar lo más que podamos para el equipo", confesaba a la finalización del partido en Eslovaquia un exultando Ezequiel Ávila. Suplente en el estreno liguero ante el Girona FC, se topó con la madera en una remate acrobático sobre la bocina que bien pudo suponer el triunfo del Real Betis, que sí gozó de su maldad y de su instinto de inicio ante el FC Kryvbas, aprovechando de zurda el rechace en corto del meta local a tiro de Sergi Altimira para inaugurar la cuenta verdiblanca y también la propia del rosarino, que ha rechazado ofertas porque quiere triunfar en Heliópolis, tras un aterrizaje accidente por culpa de las lesiones y de las sanciones.
Con la lección bien aprendida, el 'Chimy' llama a la prudencia hasta certificar el próximo jueves en el Benito Villamarín el pase a la liguilla de la Conference League: "En la rueda de prensa, el míster dijo algo importante y es que, si pensamos que ya estamos clasificados, es el peor error que podemos cometer. Jugaremos la vuelta en casa a muerte". Y es que los objetivos son ambiciosos, pero paso a paso: "Queremos llegar lejos en todo. Se armó un grupo humano en el vestuario muy lindo; hacía muchísimo que no me sentía tan feliz. Da gusto estar acá, ninguno se enoja. Todos queremos jugar, pero queremos conseguir cosas con el Real Betis. La competencia es muy linda. Somos buena gente todos y, quien juegue, lo hará de la mejor manera". Uno de los que suma en el vestuario, sin duda, el ex de CA Osasuna y SD Huesca, como demuestra el hecho de haber dejado una gran impronta tanto en Pamplona como en tierras aragonesas.
Para el atacante, "tener centrales así, como Diego Llorente, como Natan, como Ricardo Rodríguez o como Marc Bartra, a uno le da seguridad. También presión, porque hay que convertir cuando ellos están haciendo su trabajo", mientras que admite que se encuentra en un gran momento personal: "Estando la familia bien, marcando y ganando el Betis, como para no estar feliz. Además, le dediqué el gol al maestro Escribano, que ayer fue su cumpleaños. Se lo prometí". Ahora, toca ganar en Vitoria: "Pensando ya en el Deportivo Alavés. Queremos ganar siempre. Nos preparamos y utilizamos las herramientas del míster para ganar donde sea. Somos el Real Betis".