Chimy Ávila aterrizó en el Betis el pasado mercado invernal tras largas negociaciones con Osasuna y una enorme ilusión de recalar en el Benito Villamarín que demostró desde el primer momento con su intensidad sobre el césped y la inmediata vinculación emocional con la afición bética y la idiosincrasia de la capital hispalense.
Petición del propio Pellegrini, no tardó en entrar en sus planes, primero como referencia arriba y después como extremo izquierdo, y en su tercer partido como heliopolitano vio portería con su gol en la gran victoria ante el Athletic, lo que vaticinaba que daría muchas alegrías en lo que restaba de curso. Sin embargo, dos jornadas después, fue víctima de su carácter impetuoso y fue expulsado por doble amarilla en la derrota ante el Villarrel en Heliópolis, si bien todavía tenía que llegar lo peor.
Y es que en la cita contra el Girona, al poco de ingresar en el campo, tuvo que retirarse por una lesión que le ha impedido volver a jugar en el presente curso, a pesar de que el argentino ha tratado de acortar plazos para regresar antes de la conclusión del ejercicio. El atacante sufrió una lesión miotendinosa proximal de isquiotibial izquierda que le ha obligado a perderse los últimos ocho partido de LaLiga y frustró sus planes al llegar al Benito Villamarín. En total, ha jugado 301 minutos repartidos en seis encuentros.
Por ello, al término del curso 23/24, Chimy Ávila ha querido mandar un mensaje directo al Betis y al beticismo en el que se ha sincerado y ha admitido su contrariedad al no haber podido responder a las expectativas suscitadas por su fichaje debido a los problemas físicos. "Finaliza la temporada con la vuelta del equipo a Europa. Una temporada dura en lo personal en la que no he podido ayudar como me hubiera gustado con la verdiblanca", reconoció el rosarino, que dio las gracias a todos por el apoyo e hizo una promesa al club y a la afición.
"¡Gracias a todos por su apoyo! ¡Son únicos! El comandante volverá más fuerte que nunca", señaló el argentino, que firmó hasta 2027 y, obviamente, entra en los planes de Pellegrini para la próxima campaña, en la que será una de las referencias de una delantera que experimentará cambios ante la presumible salida de Willian José y la llegada de otro punta en el mercado estival. Desde luego, Chimy, a sus 30 años, ya tiene la mente puesta en triunfar como bético en la 24/25.