El Chimy Ávila es una de esas personas que uno siempre considera que es mejor tener como aliado que como adversario. Puro carácter volcánico, su insaciable afán competitivo le hace capaz de lo mejor pero también de lo peor. El atacante argentino del Real Betis no esconde su constante lucha interior por mantener un equilibrio entre esa energía extra que su actitud combativa imprime al equipo y ese fortísimo temperamento que a veces se convierte en un hándicap individual y colectivo. Como ejemplo gráfico de todo ello está uno de sus primeros partidos como verdiblanco, el 25 de febrero ante el Athletic Club, cuando después de tocar el cielo con su primera diana en el Benito Villamarín bajó a los infiernos con una actitud que llevó a Manuel Pellegrini a sustituirle al grito de "¡Te iban a expulsar!". Dos días después de aquel encuentro, prometió que nunca más entraría al trapo porque había recapacitado y cambiado; pero a la semana siguiente veía dos amarillas en un minuto ante el Villarreal CF que le costaban la expulsión y una sanción que llegó seguidas de una lesión de dos meses que le frenó en seco.
Con sus cosas buenas y sus cosas malas, todo el que comparte vestuario con Luis Ezequiel Ávila -Rosario (Santa Fe, Argentina), 6 de febrero de 1994- destaca que es un tipo muy competitivo que siempre está dispuesto a partirse un brazo por el que tiene a su lado. En este sentido, preguntado por la pérdida de carácter del vestuario del Betis tras las salidas este verano de los capitanes Claudio Bravo, Germán Pezzella, Guido Rodríguez o Nabil Fekir -entre muchos otros-, el Chimy ha reivindicado su capacidad para aportar personalidad tanto dentro como fuera del terreno de juego. Así lo ha asegurado en una entrevista al diario Marca en la que explica que lleva tiempo tratándose con profesionales para mantenerse en estado de ebullición pero sin llegar a estallar.
"Aún quedan jugadores con mucha personalidad también. La verdad es que yo aportaré mi granito de arena desde donde me toque, como sea y de la forma que sea; pero no me saltaré etapas, yo recién estoy llegando", explicó, sin querer usurparle el rol a nadie, pero dispuesto siempre a luchar en el barro: "Sí te puedo decir que por mis compañeros voy a muerte. Estoy con ellos siempre y, si ellos van a la guerra, yo voy con ellos". Y lo mismo le dice al entrenador con respecto a su posición en el campo. "En toda mi carrera creo que lo he hecho bien de extremo, de mediapunta, de punta... Trato de adaptarme siempre a donde el equipo me necesite y el míster me diga. Puede salir bien, puede salir mal, pero la actitud la voy a dejar siempre", resaltó.
"Creo que en el partido contra el Alavés se notó que tenía a los dos centrales, que ya saben que soy de temperamento rápido y... Pero con la ayuda del cuerpo técnico, de mi familia y de mi psicólogo lo estoy llevando bastante bien. No pienso entrar en ninguna pelea ni en nada. Ojalá que los árbitros se den cuenta de eso cuando vienen a provocarme a mí". "Voy al psicólogo desde toda la vida, creo que uno lo necesita y, después, mi segunda psicóloga es mi mujer, porque a la pobre la vuelvo loca", relató el delantero del Betis, que admite que Pellegrini siempre está pendiente de que no se meta en líos.
En esta línea, recordó el antes mencionado partido contra el Athletic Club, al poco de llegar al Betis en el último día del pasado mercado de fichajes de enero: "Sí, bueno, la verdad que el míster sabía que iban a ir a por mí y pensaba en que yo tengo esa rivalidad, sana, con el Athletic. Ya habían expulsado a Nico Williams, entonces el míster, con su experiencia, me dijo 'Van a ir a por ti, entonces mejor te quito', y bueno, la verdad que sí, el míster así lo decidió, estoy con él".
"Me han apoyado en muchas cosas, sobre todo en los momentos difíciles. Hace poco que estoy acá en el Betis, pero desde el primer día que llegué hasta el día de hoy la afición ha estado apoyándome. El cariño que encuentro en el súper, en los centros comerciales, en el colegio de las niñas... en todos lados, y eso es importante y puedo decir que me hacen sentir que llegamos al sitio correcto", relata con gratitud. "Especialmente, me apoyaron cuando me lesioné. Siempre vas a encontrarte con mucha gente que te dirá 'Sabía que se iba a lesionar', pero hay otros que te apoyan. Yo me quedo con lo positivo y lo negativo lo uso como herramienta de fortaleza".
"Yo creo que el día que estemos a tope los dos daremos una versión muy bonita, y más ahora con Gio (Lo Celso) también. La verdad es que Isco es un jugador al que necesitamos todos los días, porque sabemos la calidad de persona que es. Es muy triste que haya tenido que volver a operarse. Yo he pasado por quirófanos, no tengo cornadas pero sí tengo roturas, y sé que uno sufre muchísimo eso. Nosotros queremos que Isco esté cuanto antes con nosotros".