El sistema de Manuel Pellegrini Ripamonti en el Real Betis es inquebrantable. Aunque con la boca chica rechaza cualquier tipo de percha táctica, el 4-2-3-1 del técnico chileno es el modelo escogido para que su plantel pueda desplegar su apuesta por un ataque combinativo y profundo basado en la posesión del balón. Bien sabido es su romance con jugadores creativos de la talla de Nabil Fekir, Isco, Canales, Lo Celso u otros tantos futbolistas que manejó en Heliópolis, inamovibles siempre que su disponibilidad en el once lo permita y dejando un único hueco para un delantero finalizador. En el presente curso, las distintas lesiones que han ido golpeando a la plantilla bética dejaron un hueco para que un segundo punta se colara en el once. Una alternativa que, lejos de lo habitual, se topará pronto con el crecimiento de Losada y los regresos de Lo Celso o Isco Alarcón. Entre las múltiples combinaciones posibles, Vítor Roque se instaló como fijo en la alineación, dejando la pelea por la posición restante en manos de Chimy Ávila, Juanmi Jiménez, Assane Diao o Cédric Bakambu. Este último, refuerzo estelar de la última ventana de invierno para la delantera, sufrió una lesión de gravedad en el pasado mes de mayo que a día de hoy le impide alcanzar su máximo nivel. Así lo relata en una entrevista con ESTADIO Deportivo, medio en el que el congoleño reflexionó fríamente sobre su bronca con el gol, la confianza de Pellegrini o su sistema de ataque favorito.
Acerca del técnico chileno, el de Vitry-sur-Seine siente el respaldo absoluto: "Sí, claro. La verdad que tenemos la suerte aquí de tener un buen entrenador que está cerca de sus jugadores. Eso es muy importante porque no sé si en otros clubes yo tendría un entrenador así. Que esté tan cerca y que da confianza también a sus jugadores. Porque hasta hoy, si lo ves, yo creo que todos los jugadores han tenido minutos en LaLiga o en la Conference League. Eso es muy importante para un grupo, ¿sabes? Es por eso que creo que ahora tenemos buenos resultados. Porque la vida en el vestuario está… todos estamos en paz. Y hay que seguir así".
El cargadísimo calendario al que se enfrenta el balompié eleva la exigencia física a máximos niveles, desembocando en un exceso de lesiones en las plantillas. En la verdiblanca, presa de tres competiciones esta temporada, no hay línea del campo que no sufra alguna ausencia. Tanto es así que en octubre, Pellegrini se vio obligado a alterar su sistema habitual dando entrada a dos delanteros. Un sistema que resultó efectivo y que benefició la aparición de Bakambu en el once. Consciente de ello, el congoleño no se esconde a la hora de reconocer el anhelo de un escudero: "A mí me gusta más jugar acompañado, ¿sabes? Da igual si es un delantero o si es un número 10, pero no me gusta estar solo en el ataque. Por eso el día de Osasuna con Víctor Roque o Chimy y también con Giovanni, que tiene muy buen pase... O Isco, que todo el mundo lo sabe y que tiene mucha calidad también. Lo más importante es jugar con compañeros, me gusta asociarme en el juego, pedir la pelota en profundidad también. Eso es lo que me gusta más en el campo".
Hoy por hoy, la nacionalidad del gol en la delantera bética es brasileña. El jovencísimo Vítor Roque atesora tres goles en su haber, una cifra que debería ser infinitamente mayor a poco que hubiera afinado la puntería. Fabricante de ocasiones como pocos, el joven '8' bético tiene una gran proyección. Así lo ve su propio compañero de posición: "Yo tengo una buena relación con todo dentro del vestuario, ¿sabes? Y es un buen jugador, me gusta mucho. Tiene goles y tiene ganas de jugar, que es lo más importante. En Barcelona era un poquito complicado para él, pero aquí yo creo que él tiene todo para jugar bien, meter goles y disfrutar".
A nivel individual, las cifras de Cédric Bakambu están lejos de emular las logradas en El Pireo, Bursa o Villarreal. Con un gol en 11 partidos, sus registros tienen un margen de mejora abismal. La primera grave lesión en su trayectoria ha retrasado sus goles como verdiblanco. Si bien, el congoleño centra el foco en las ocasiones generadas: "Lo más importante es tener oportunidades de gol. Y es verdad que tenemos muchas oportunidades, pero ahora hay que meter más goles. Pero si me preguntas a mí, yo para mí un 1-0 vale, ¿sabes? Entonces, a veces no hace falta meter tres o cuatro goles para ganar un partido. Es mejor ganar un partido por 1-0 que empatar 2-2, por ejemplo. Pero estamos bien también a nivel de defensa. A nivel de ataque, hay que seguir".
Fruto de la experiencia y el bagaje goleador que le ampara en temporadas atrás, la mentalidad del ariete ante la falta de gol se aleja de la ansiedad. Nada más lejos de la realidad, Bakambu aguarda con calma su reencuentro con las redes: "Me afecta claro, porque yo necesito los goles. Y también para un delantero me va a dar más confianza. Pero eso llegará, yo estoy tranquilo trabajando aquí con mis compañeros todos los días a entrenar. Y las cosas buenas van a llegar".