Vicepresidente de día, empresario de noche. Ese fue, durante un tiempo, José María Enríquez Negreira (Barcelona, 1945), un exárbitro del colegio catalán que estuvo impartiendo justicia en la élite del fútbol español entre los años 1979 y 1992. Fueron más de diez años en el máximo nivel, donde trece temporadas las ejerció en Primera División y la última en 1991/1992 lo hizo en Segunda. En esas trece temporadas su labor sobre los terrenos de juego fue enmarcable, hasta tal punto que llegó a la esfera internacional. De hecho, entre los años 1988 y 1991 dirigió numerosos encuentros en la Copa de la UEFA.
Durante su etapa como trencilla en Primera División, que comenzó a sus 34 años, dirigió un total de 132 duelos en los que mostró 433 cartulinas amarillas y un total de 50 tarjetas rojas, hasta que decidió retirarse en el año 1992 con 46 años, tal y como refleja el portal de estadísticas BD Fútbol. No dirigió ningún encuentro del Barça, pues él estaba adscrito al comité catalán. Si bien, sí pitó al Real Madrid en 36 ocasiones. Enríquez Negreira es el cuarto colegiado que más jugadores ha expulsado del conjunto blanco en la historia, un total de nueve. En suma, es el tercer colegiado que haya dirigido como mínimo 35 partidos al Madrid con el que el conjunto blanco tiene un peor porcentaje de derrotas (31%), tal y como apunta el medio Relevo.
Tras un breve paréntesis, su buen hacer le catapultó, tras su retirada, al Comité Técnico de Árbitros de la Real Federación Española de Fútbol, donde fue vicepresidente entre los años 1994 y 2018. Dicho comité, del que fue vicepresidente Enríquez Negreira, es el órgano responsable del funcionamiento del estamento arbitral nacional. En este sentido, debe decidir acerca de algunas labores como la designación de los equipos arbitrales para cada partido de las competiciones de ámbito estatal que no son profesionales, entre las que se encuentran las categorías correspondientes a Primera, Segunda y Tercera Federación, conceder anualmente las licencias a los árbitros y a los asistentes o establecer las pruebas físicas y de conocimiento de las Reglas del Juego. Por su parte, las designaciones para los partidos de Primera y Segunda División las concede el Comité Arbitral de la Competición Profesional, un órgano interno del comité.
A la par que comenzó a formar parte del órgano dirigente del estamento arbitral, el catalán dio forma a la polémica DASNIL 95. Fue en agosto de 1995, cuando constituyó una empresa que se dedicaría a los servicios de publicidad para empresas, promociones, objetos de regalo e impresión de textos y, finalmente, a la realización de vídeos deportivos para su comercialización. Una década después, ya en 2004, José María eligió para administrar su empresa a una persona que conocía a la perfección. Se trata de su hijo, Javier Enríquez Romero, quien pasó a ser el administrador único de dicha empresa. Actualmente, dicho puesto lo ocupa el propio exárbitro desde febrero de 2019. Esta empresa levantó la polémica el pasado miércoles día 15 de febrero y padre e hijo acapararon todos los focos informativos.
Se trata de un escándalo que implica al FC Barcelona en el pago de 1'4 millones de euros por el "asesoramiento verbal" que prestó a la entidad mientras ocupaba el cargo de vicepresidente. Se trata de una operación que destapó la Fiscalía y cuya investigación se inició tras la realización de una inspección fiscal que la Agencia Tributaria realizó a dicha empresa por la tributación de la cifra comentada.
La información, recogida en el día de ayer en Estadio Deportivo, señala que el club culé pagó a la empresa DASNIL 95 las cantidades de 532.728,02 euros en el año 2016, 541.752 euros en 2017 y 318.200 en 2018. Finalmente, en el último año hubo remodelaciones y José María Enríquez Negreira abandonó el cargo. Hay "Caso Negreira" para rato.