Golpe judicial para el FC Barcelona, que se queda sin 200 millones de euros o, lo que es lo mismo, sin casi cuatro veces la cantidad que le costaría fichar a su gran objetivo este verano: Nico Williams. En su afanada búsqueda por encontrar ingresos económicos de debajo de las piedras, la directiva culé se había topado con una jugosa opción de cambiar la marca deportiva que diseña sus equipaciones. Después de muchos años con Nike, el club catalán alegó incumplimientos de la firma estadounidense para intentar dejar el camino expédito hacia un lucrativo acuerdo con Puma, que le ofrecía la mencionada cantidad de dinero. La cosa acabó en los tribunales y, tras el primer fallo desfavorable, la Audiencia de Barcelona ha confirmado las medidas cautelares y obliga al Barça a cumplir el contrato de patrocinio con el que se comprometió hasta el verano de 2028.
El Barça sigue sin cumplir con las normas económicas de LaLiga y, según pregona a los cuatro vientos, aspira a darle al menos tres refuerzos de nivel a Hansi Flick, que ha arrancado la pretemporada sin fichajes, sin grandes traspasos que llenen la caja, con cinco lesionados de gravedad y con muchos internacionales compitiendo aún o empezando ahora sus vacaciones. Entre las ofensivas que anuncian de manera repetitiva, Joan Laporta lanzó un órdago que ha indignado al Athletic Club al anunciar que "el club tiene dinero para pagar la cláusula de rescisión de Nico Williams" (asciende a los 58 millones de euros). El presidente azulgrana aseguró que su aspiración es "conseguir el mejor contrato del mercado" y ahora trabaja en ponerse de acuerdo con Nike para ampliar una vinculación que se remonta a 1999 y que se irá más allá de 2028 si desde EE.UU. mejoran la oferta. Aunque, eso sí, el mango de la sartén de las negociaciones la tienen ahora los dueños de la prestigiosa marca deportiva.
Mediante un auto, la Audiencia Provincial de Barcelona ha ratificado este jueves que "el FC Barcelona no está facultado para desistir unilateralmente del contrato" y no estima el recurso interpuesto por la entidad azulgrana contra el auto del juzgado mercantil 7 de Barcelona por lo que confirma las medidas cautelares acordadas el pasado 9 de abril. Las mismas, según el escrito al que ha tenido acceso la Agencia EFE, se refieren a "la conservación y el cumplimiento del contrato de patrocinio publicitario que rige las relaciones entre las partes hasta el año 2028".
Así la Audiencia ha acordado prohibir al FC Barcelona que "cese en la ejecución de sus obligaciones bajo el Contrato de Patrocinio Vigente", en lo que se incluye "la obligación de colaboración para que Nike pueda cumplir sus propias obligaciones bajo el (citado) contrato". Además también prohíbe a la entidad azulgrana a que "celebre acuerdos con terceros" que sean incompatibles con el contrato de patrocinio vigente, cerrando por completo un cambio de look de la mano de la alemana Puma y tumba igualmente la opción de crear una marca propia -otra de las vías que se manejaban-.
Cabe recordar que el Barça había denunciado el contrato al considerar la existencia de "incumplimientos flagrantes" en el mismo, cláusulas abusivas en los márgenes comerciales, problemas de abastecimiento, además de unas cifras alejadas de la realidad actual en este tipo de contratos. Por todo ello, Laporta anunció que el club catalán estaba dispuesto a resolver el contrato, "si no se producían compensaciones económicas" por los incumplimientos denunciados y se llegó a reunir con representantes de Puma. Ante esta amenaza, Nike solicitó una serie de medidas cautelares ante un juzgado barcelonés, que ahora han sido confirmadas por la Audiencia de Barcelona tras el recurso del FC Barcelona.
El juez remarca que "no se trata de un simple contrato de patrocinio sino que lo suscrito por las partes es una relación jurídica compleja" y le da la razón a Nike, pues entiende que "los hechos demuestran que el Barça no ha perdido irremediablemente la confianza en Nike, que es en lo que el Barça funda su desistimiento unilateral, sino que busca renegociar los términos del contrato".