Parece que no hay un día tranquilo para Joan Laporta al frente del FC Barcelona. El presidente de la entidad de la Ciudad Condal ha sido situado directamente en el punto de mira una vez más por su gestión, considerada como deficiente por muchos, en el ‘caso Dani Olmo’. El no poder haber inscrito nuevamente el centrocampista ha sido la gota que ha colmado el vaso para algunos, y los grupos de oposición lo tienen muy claro: el máximo dirigente de la institución catalana debe marcharse. No se han quedado ahí, ya que un viejo conocido, Jordi Farré, iba a tomar una decisión que, a buen seguro, llamaría la atención de muchos en un club que necesita tener cierta seriedad a nivel reputacional, un aspecto que ha quedado manchado.
Tal y como apunta Sport, Farré, quien fue uno de los impulsores de la moción de censura contra el anterior presidente, Josep María Bartomeu, iba a presentar de nuevo una, en esta ocasión contra Laporta. El que fuera precandidato a la presidencia en 2021, acompañado por Marc Cornet, se personará en las próximas horas en las oficinas del Camp Nou para hacer oficial esta medida, la cual no es nueva para el actual máximo mandatario. No en vano, en su primer mandato, ya vivió esta misma situación, saliendo ileso por un estrechísimo margen.
Sin embargo, parece que el paso de las horas ha disuadido a Farré de sacar adelante, al menos por el momento, la moción de censura. Pasaban los minutos, y aunque parecía que a las 09:00 de la mañana iba a aparecer por las oficinas, no lo ha hecho. Tal y como ha apuntado El Desmarque, ha tomado la decisión de alejarse de esto, al menos por ahora, algo que hace respirar algo más tranquilo a un Laporta contra las cuerdas.
Este momento, que iba a coincidir con la presentación, este martes, del recurso culé ante el CSD para obtener la conocida como ‘cautelarísima’ para conseguir, de forma definitiva, la inscripción de Dani Olmo, tenía el objetivo de aumentar la presión sobre Laporta. Después de que los grupos opositores pidieran su dimisión, todos tienen la meta, al menos, de que el presidente dé explicaciones sobre todo lo que está ocurriendo, algo que, por el momento, no ha ocurrido, tensando más la cuerda en Can Barça.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que las intenciones de Farré de presentar una moción de censura contra el actual presidente no son nuevas. Ya en el pasado mes de agosto, quiso ser lo más claro posible al respecto. "Laporta tiene que dimitir inmediatamente. De hecho, yo me estoy pensando muy seriamente, y si la gente me lo pide, poner una moción de censura. Creo que Laporta es un problema para el futuro del club. En el entorno hay grupos de estos que van apareciendo y apareciendo, que dicen y dicen y dicen, pero tengo la sensación de que lo único que quieren es un cupo mediático, porque al final nadie hace nada", apuntaba.
Para que se active la moción de censura, en primer lugar, debería haber hecho llegar a la Junta Directiva un escrito explicando las razones por las que lleva a cabo este proceso, y, en las oficinas, pedirá las papeletas para buscar los apoyos de los socios, dando a los ejecutivos cinco días hábiles para que se le puedan facilitar. En cuanto las tenga, habrá que esperar 14 jornadas más para que se pueda presentar la solicitud formal, en la que deberán aparecer más de 16.000 apoyos o, dicho de otro modo, el 15% de los socios culés con derecho a voto.
En el caso de que se consigan, se conformará la Mesa del Voto de Censura, que tendrá diez días para validar los apoyos de esta medida. En el caso de que esté todo en orden, se deberá convocar una votación, en la que dos terceras partes de los socios que vayan a votar deberían apoyar la propuesta, teniendo un mínimo de votación de socios con derecho a voto. Se vienen curvas, y Laporta debe estar preparado para todo lo que pueda pasar.