Muchos no recordarán a Isaac Cuenca. El extremo derecho que llegó a La Masía en juveniles y dio al salto al primer equipo del FC Barcelona para jugar junto a Messi, Villa, Iniesta, Xavi, Alexis Sánchez o Busquets, que apuntaba a tener una gran carrera futbolística pero que de la noche a la mañana se esfumó. Ahora, a sus 32 años ya no vive del fútbol desde hace dos y en una entrevista al diario ARA ha repasado la que parecía ser una carrera brillante, la suya propia y ha acabado con muchos dolores por culpa de una lesión.El futbolista de Reus ha acabado viviendo la parte menos bonita del fútbol, un fútbol que acabó por destruirle como él mismo ha reconocido: "Lo más importante que me ha enseñado el fútbol es que no todo es como quieres. Si crees que eres muy bueno, hay otro mejor. Y si crees que eres buenísimo, quizás te lesiones y nadie te quiere. A mí me ha puesto en lugares que no me esperaba y mírame ahora, retirado con 30 años".
Tras salir del FC Barcelona, Cuenca jugó en el Ajax, el Deportivo de La Coruña, el Bursaspor, el Granada para acabar emigrando a Israel para probar fortuna en el Hapoel Beer Sheva y acabar su carrera en Japón, donde pasó por el Sagan Tosu y el Vegalta Sendai. Pero fue en 2019 cuando sufrió una lesión que no volvería a permitirle ser el mismo. Antes, en 2016 incluso llegó a estar en la agenda del Real Betis.
"Solo podía entrenarme una vez por semana y después de los partidos se me ponía la pierna como una pelota. No me recuperaba bien y el médico me animó a que probara una última intervención porque no tenía cartílago y la tibia y el fémur chocaban mucho. Necesitaba dos trasplantes y volví al quirófano, pero no funcionó, así que dejé el fútbol", reconoce el extremo catalán.
"Físicamente, estaba en Japón, pero sentimentalmente en Cataluña. Aprendí de bolsa, durante un tiempo invertí y me fue bastante bien. ¡Me leía unos ladrillos que tela marinera!", desvela Isaac Cuenca, que asegura que la retirada del fútbol le ha liberado: "Sé que ahora está de moda lo del coaching y tal, pero no lo he necesitado porque retirarme ha sido liberador. Después de la última intervención, la rodilla me dolía tanto que dejarlo correr me alivió. Claro que echo de menos el fútbol, pero el dolor físico era tan enorme que decidí que ya era suficiente. Quería tener una vida normal".
Por eso mismo, porque lo ha vivido, Isaac Cuenca ha querido aprovechar esta entrevista para mandarle un mensaje a todos aquellos futbolistas que están pasando por una situación similar o pueden vivirla en el futuro: "Si te aferras a algo, puede acabar destruyéndote. Y siento que me ha pasado esto. Si me hubiera retirado año y medio antes, no habría sufrido tanto. Me he aferrado al fútbol y he acabado petando. No podría competir ni en la Kings League. Ahora he renacido".
"Venía del Sabadell e intentaba disfrutar del césped bien cortado, de los desplazamientos, de los estadios... Pero en el fondo estaba descolocado. Con el tiempo les he entendido porqué aquel equipo tenía mucha presión. Venía de ganarlo todo. Sí que alguna vez flipaba con algunas cosas, pero ostras, es que eran los mejores del mundo. Leo, Xavi , Andrés, Víctor (Valdés)... ¡Cómo tiraban del carro! Eran una pasada", reconoce y es que, al menos él, sí podrá contar que jugó junto a los mejores futbolistas del mundo.