El Athletic Club se marcha al parón en medio de una muy buena dinámica de resultados a pesar del horrendo cúmulo de fatalidades que le empujaron a perder en la visita liguera de este pasado domingo contra el Girona FC (2-1). Hubo tres penaltis fallados por tres lanzadores distintos, en un hecho inédito en la longeva historia bilbaína; una lesión muscular de Ohian Sancet, el futbolista más destacado en este arranque de curso con cinco goles; y con la expulsión de Aitor Paredes por doble amonestación en la pena máxima que le costó la derrota a los leones en el noveno minuto del tiempo añadido. Con una lista así, cualquiera diría que ya no es imposible sacar una conclusión peor del 'disparate' vivido en Montilivi. Sin embargo, el encuentro de la jornada 9 de LaLiga deja un dato aún más preocupante para Ernesto Valverde: el equipo se está desangra por su falta de concentración en los minutos finales, donde se desconecta ante cualquier contratiempo y lo paga caro.
Al Athletic se le escapó un punto en Girona con el tanto desde los once metros anotado por Christian Stuani en el 90+9', en una acción en la que además perderá a Paredes por sanción, y abrió aún más una herida por la que se escapan muchos resultados. Era algo que se barruntaba, pues el meta de Zarautz había evitado poco antes el triunfo local con sendos paradones al uruguayo (95') y a Yangel Herrera (87'). Apenas una semana antes, también en estado de agitación por una rigurosa expulsión de Julen Agirrezabala, el cuadro 'zurigorri' dejó escapar una victoria encarrilada ante el Sevilla FC, que estableció el definitivo 1-1 en San Mamés en el 90+3' con un rocambolesco tanto en propia puerta de Álex Padilla tras un rechace desviado al larguero por Unai Núñez tras disparo escorado del nervionense Ejuke.
Más de lo mismo se vivió en el duelo contra el Atlético de Madrid del pasado 31 de agosto, justo antes del otro parón liguero. Cuando todo apuntaba al 0-0, Sorloth aprovechó un grave error defensivo para servir un balón para la carrera al espacio de Ángel Correa, quien sorteó con habilidad la salida de Julen Agirrezabala y marcó a portería vacía el definitivo 0-1 en el 90+2', dando los tres puntos a los colchoneros.
Aunque esta vez sin consecuencias, el Athletic también concedió un tanto postrero en el triunfo por 2-3 ante la UD Las Palmas, obra de Álex Muñoz en el 85'. En total, ya han dejado escapar cuatro puntos, confirmando un problema que no padeció el curso pasado, cuando fue el equipo menos goleado de LaLiga y en toda la campaña sólo dejó escapar un encuentro en el epílogo (un empate contra el Villarreal). Con estos cuatro puntos que le faltan (y los dos de más que tiene el Atlético), el equipo de Valverde podría ir tercero en la clasificación, en lugar del sexto puesto que ocupa. Estos puntos, en la siempre encarnizada lucha por Europa, se suelen echar de menos al final.
El Athletic puso fin en Girona a una buena racha con seis partidos sin perder, con dos empates y cuatro victorias que le habían impulsado tanto en LaLiga EA Sports (parcial de 10 de 12) como en la UEFA Europa League (4 de 6). Siendo optimista, más allá del resultado negativo y del enésimo tanto en contra encajado en el tiempo de prolongación, incluso se pueden rescatar muchas cosas positivas, pues durante varios tramos del partido la imagen fue muy buena y el marcador bien podría haber sido bastante favorable en condiciones normales. Porque que Paulo Gazzaniga detuviese hasta tres lanzamientos de penalti no es algo normal.
Además de esos tres lanzamientos desde los once metros que el meta argentino les fue deteniendo, sucesivamente, a Alex Berenguer, Iñaki Williams y Ander Herrera, también creó oportunidades manifiestas por parte del propio Berenguer, de Gorka Guruzeta o de Unai Gómez, quien tuvo el empate en el 90+12'. El acierto de Gazzaniga y el mérito de lo que hizo son innegables, pero cabe remarcar que los disparos de los jugadores visitantes fueron estrepitosamente malos, flojos y centrados, especialmente los dos últimos. Ni siquiera la nefasta actuación arbitral de Pulido Santana sirve de excusa.
Este lunes, el primer plantel bilbaíno ha gozado de una jornada de descanso pendiente de las pruebas médicas a Ohian Sancet, que pidió el cambio por un pinchazo en el muslo en la acción del momentáneo 1-1, y volverá este martes al trabajo antes de volver a disfrutar de tiempo de asueto viernes, sábado y domingo, aprovechando el parón. Toca "aprender de los errores", como destacaba la cuenta del club este domingo, y trabajar para que no se repitan. "No hay más".