Un año después del descenso a División de Honor, el
Cabecense está de vuelta en la Tercera división de la mano de
Manuel Luque. Antes de lo esperado y con la espinita de no poder conseguirlo sobre el terreno de juego, la resolución que la RFAF le ha dado a las competiciones domésticas ha determinado que la entidad de
Las Cabezas de San Juan promocione junto al
Castilleja y
La Palma.
"La temporada ha sido un éxito rotundo. Hemos logrado el objetivo que se planteó a principios de la misma y solo queda agradecer el trabajo a toda mi plantilla, a la directiva y a la afición por el apoyo. Y, por su puesto, a mis compañeros en el banquillo.
Florido como analista,
Curro como preparador físico,
Sego como entrenador de porteros, Julián como fisio y
Pepe como delegado. Sin ellos, nada de esto se hubiera alcanzado", comenzó diciendo el entrenador tomareño. Y es que, según Luque, ha sido una de las claves para que el proyecto llegara a buen puerto. "No es sencillo llegar a un club con la moral baja por el mal curso pasado. Es cierto que el comienzo no fue sencillo, pero necesitábamos tiempo para levantarlo, para que creyeran en la idea... El resto, con trabajo y motivación, iba a salir solo", añade el aljarafeño.
Un campeonato y un
grupo muy competido que, como él bien analiza, no empezó de la mejor forma, especialmente en los desplazamientos lejos de casa, donde el equipo mostraba síntomas de relajación impropios de un plantel que quiere estar en lo más alto. "Fuera los equipos te exigen mucho. No ganas solo con el nombre. Necesitas estar al 100% durante los 90'. Teníamos que cambiar el chip y, aun así, ganamos en campos complicados como el del
Espeleño o Isla Cristina", apunta.
Sólo dos victorias en ocho encuentros era su bagaje a domicilio durante la primera vuelta. En lo disputado de la segunda, los ugienses lograron cambiar dicha dinámica y ya acumulaban tres triunfos en cuatro choques. "Fue, más que nada, la mentalidad. La manera de encarar los partidos. Salir con confianza, pero no confiados. Estar más alerta. El tema de las lesiones también nos afectó.
Marcos en la portería,
José Mari, Luismi, Iván Acosta, Bucarat, Domingo... tenemos una gran plantilla, pero la ausencia de muchos futbolistas hace que la competitividad baje. Iván
Casas fuera tanto tiempo,
Burrita apenas jugó en los primeros meses,
Javi Salas y Valderrama con algún problema laboral, la demora en el tránsfer de
Elías y Mathías... Son contratiempos con los que debe lidiar un entrenador, pero que, evidentemente, influyen", comenta.
Establecido siempre en la zona noble de la tabla (en la jornada 9 pisó los puestos de ascenso), su fuerte ha sido el
Carlos Marchena, feudo que ha presenciado grandes goleadas (4-0 al Chiclana, 5-2 al Algabeño o 3-0 al San José), y le ha convertido en el mejor local de la categoría y en la escuadra más goleadora con 49 goles (1,96 de media por partido).
Además, 33 de ellos los anotó en las 13 citas ligueras como local (media de más de dos goles): "El trabajo está ahí. Lo demuestran los datos. Por eso teníamos el miedo a que no se valorara. Creo que lo justo es haber premiado a los que estamos arriba tras disputarse el 75% de la liga, al igual que se ha premiado a los de abajo con no descender debido a la pandemia que nos ha tocado sufrir.
Hubiéramos preferido seguir jugando. El equipo estaba enchufado y no dudábamos en que subiríamos. Solo ha faltado sellarlo y disfrutarlo sobre el campo".
A sus 44 años y con otros varios ascensos a sus espaldas (Tomares, Brenes, etc.), declara que ha disfrutado este tercer año en el banquillo rojinegro (en dos etapas) y, a pesar de no haberse sentado todavía con el club para pensar en el futuro, espera hacerlo pronto para compartir impresiones, analizar el proyecto y darle continuidad.
"En las próximas semanas nos reuniremos con el presidente y el secretario técnico y dibujaremos una hoja de ruta.
Si llegamos a un acuerdo, continuaremos en Las Cabezas. Es mi principal intención", concluye un Manuel Luque orgulloso de la temporada realizada.