Dani Benítez ha acaparado todos los focos tras sus últimas declaraciones en el programa de Gonzo, en Salvados. El futbolista mallorquín, de quien todavía se acuerdan en Los Cármenes, vivió un episodio fatídico con las drogas, lo que le llevó a pasar del todo a la nada en pocos días. Su calidad aún puede verse en los campos de granadinos, aunque esta vez en el Huétor Tájar, equipo de Tercera RFEF. A pesar de ello, el jugador dejó varios momentos para el recuerdo, uno de ellos con José Mourinho.
En 2012, durante el encuentro entre Granada y Real Madrid, el conjunto nazarí estalló en contra de las decisiones arbitrales de Clos Gómez al estar en juego el descenso. Fruto de la tensión tras el pitido final del encuentro, los jugadores rodearon al colegiado en busca de explicaciones y en el tumulto Dani Benítez aprovechó para lanzarle un botellazo a la cara al árbitro.
Costó verlo, pero finalmente el jugador que militaba entonces en el Granada recibió una sanción de tres meses inhabilitado. Y por si fuera poco, aquel Granada consiguió salvarse y se mantuvo durante un par de temporadas más en Primera división. "Doce partidos. Tres meses. Me lesioné y eso me pasó mucha factura. Y noté un cambio brusco con la afición. Pasé de ser un ídolo a una oveja negra. Me tachaban de fiestero, de borracho... de todo tipo de barbaridades. Me quería ir”, explicaba Dani Benítez durante la entrevista en Salvados.
Aquella acción fue recordada durante varios años desde luego. El futbolista también se acordó de una persona, testigo en aquel incidente, que iba a ser José Mourinho, quien por entonces dirigía al Real Madrid. "Mourinho me miró y me dijo 'tira para el vestuario. Él lo vio, y a lo mejor me habían podido ver. Mou me hizo un gesto... Me llevaba bien con él, creo que le gustaba cómo jugaba”, comentaba el jugador.
Años más tarde el jugador iba a dar positivo en cocaína durante un control antidoping, lo cual le iba a hacer bajar del cielo a los infiernos en tan solo unos años. “Perdía un poco la ilusión, no tenía el apoyo de la gente y eso me mató. Para evadirme de la realidad que estaba viviendo en mi trabajo, quedaba con los amigos, nos veíamos en mi casa o lo que sea y si me bebía un par de cubatas se me olvidaba todo. Así de claro. Lo primero que pensé es que ya lo había perdido todo”, decía.
Tras muchos esfuerzos, Dani Benítez hoy en día ha salido del pozo donde se encontraba y recuerda aquello como una época de aprendizaje en todo momento. Le costó bastante, según contaba: “Llega un día que digo: o me suicido o cambio radical. Y cambié radical. No fue sencillo, me costó y no fue todo bonito de un día a otro. A día de hoy, por muchos contratiempos que tenga, que los tengo y gordos... puedo tener algún día de bajón pero al día siguiente me levanto y sigo otra vez”.