El Rey Felipe VI ha repetido en su discurso de Navidad el llamamiento al diálogo y el consenso a la clase política española, en el que ha advertido de que la pelea política, muchas veces "atronadora", no debe impedir escuchar la "demanda de serenidad" de la ciudadanía y ha animado a seguir cultivando el espíritu de concordia que generó la Constitución de 1978.
El monarca, que en esta ocasión ha elegido el Palacio Real como escenario de su discurso más importante del año, ha reivindicado la necesidad de preservar el bien común "por encima de las eventuales divergencias y desencuentros". Es algo que tanto la Reina Letizia como él han "podido constatar y valorar aún más a lo largo de esta década de reinado", ha señalado, en la única mención que ha hecho a que en 2024 se han cumplido diez años de su llegada al trono.
Para Felipe VI, "es responsabilidad de todas las instituciones que esa noción del bien común se siga reflejando con claridad en cualquier discurso o cualquier decisión política". "El consenso en torno a lo esencial", ha añadido es lo que "debe orientar siempre la esfera de lo público".
"No para evitar la diversidad de opiniones, legítima y necesaria en democracia, sino para impedir que esa diversidad derive en la negación de la existencia de un espacio compartido", ha subrayado el monarca, en el que ha sido su undécimo Mensaje de Navidad.
Fue precisamente "el acuerdo en lo esencial" lo que inspiró la Constitución de 1978. "A pesar del tiempo transcurrido, la concordia de la que fue fruto sigue siendo nuestro gran cimiento", ha sostenido, defendiendo que "cultivar ese espíritu de consenso es necesario para fortalecer nuestras instituciones y para mantener en ellas la confianza de toda la sociedad".
En este sentido, ha resaltado que el "pacto de convivencia" que supone la Constitución "se protege dialogando" y ha incidido en que "ese diálogo, con altura y generosidad, debe siempre nutrir la definición de la voluntad común y la acción del Estado".
Por eso, ha advertido el Rey dirigiéndose expresamente a la clase política, "es necesario que la contienda política, legítima, pero en ocasiones atronadora, no impida escuchar una demanda aún más clamorosa: una demanda de serenidad".
"Serenidad en la esfera pública y en la vida diaria, para afrontar los proyectos colectivos o individuales y familiares, para prosperar, para cuidar y proteger a quienes más lo necesitan", ha acotado, poniendo como ejemplo en este punto la reforma del artículo 49 de la Constitución referido a las personas con discapacidad.
Dicha reforma, aprobada con el acuerdo del Gobierno y el PP, ha valorado el monarca, constituye "un buen ejemplo de lo que podemos lograr juntos". Por ello, ha vuelto a prevenir de que "no podemos permitir que la discordia se convierta en un constante ruido de fondo que impida escuchar el auténtico pulso de la ciudadanía".
El Rey Felipe VI ha defendido la necesidad de que la ayudas lleguen cuanto antes a los miles de afectados por la tragedia de la DANA para que puedan reconstruir sus vidas y también ha apelado a no olvidar lo ocurrido, elogiando la solidaridad mostrada hasta ahora.
El monarca ha querido abrir y cerrar su Mensaje de Navidad, el que es su discurso más esperado del año y que en esta ocasión se ha realizado desde el Palacio Real y no desde Zarzuela, refiriéndose a uno de los acontecimientos que han marcado este 2024 y a los que ha dedicado una particular atención desde que se produjo la tragedia.
No en vano, Don Felipe ha viajado en tres ocasiones a la Comunidad Valenciana, la más afectada, dos de ellas junto a la Reina Letizia, para conocer de primera mano la situación y poder hablar con los damnificados. Además, los Reyes asistieron al funeral por las más de 220 víctimas mortales organizado por el arzobispo de Valencia el 9 de diciembre y el pasado domingo regresó hasta una de las localidades afectadas, Catarroja, en esta ocasión en visita privada junto a la Reina, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.
"Las personas que perdieron la vida y los desparecidos merecen todo nuestro respeto y no debemos olvidar nunca el dolor y la tristeza que han dejado en sus familias", ha sostenido el monarca, que precisamente ha elegido una foto de varios militares ayudando a los damnificados para la ocasión en la mesa junto a la que estaba sentado.
"No debemos olvidar nunca aquellas primeras imágenes de la riada que todo lo arrasó, los rescates de personas" así como "quienes abrían sus casas para acoger a los más vulnerables, oponiendo a la fuerza implacable del agua y del lodo la fuerza abrumadora de la solidaridad y de la humanidad", ha reclamado.
El monarca ha apelado a que "la solidaridad que nos ha unido en los momentos más difíciles siga presente en cada gesto, en cada acción, en cada decisión" y ha defendido que "las ayudas lleguen a todos los que lo necesiten, para que puedan reconstruir el futuro por el que tanto han luchado, afrontando con coraje y dignidad los retos de un presente a veces implacable".
"Cuanto antes lo consigamos más reforzaremos nuestro sentido de comunidad, nuestro sentimiento de país", ha reivindicado Felipe VI, para quien "la memoria del camino recorrido, la confianza en el presente y la esperanza en el futuro son una parte ineludible, acaso la más valiosa, pero también la más delicada, de nuestro bien común".