Es falso que
WhatsApp vaya a acceder a las imágenes y mensajes que se intercambian sus usuarios para hacerlas públicas, como afirman alertas difundidas a través de redes sociales y de la propia aplicación de mensajería que tergiversan el sentido de su nueva política de privacidad, aplicable solo fuera de
Europa.
En estas primeras semanas del año se han hecho virales mensajes que alertan de que lo que envía un usuario de WhatsApp va a dejar de ser
privado. Estos avisos circulan especialmente mediante reenvíos a través de la propia aplicación de mensajería, pero se pueden encontrar también en las redes sociales, como Facebook o Twitter.
La alerta, de la que existen versiones diferentes aunque con características similares en su contenido principal, avisa de la "nueva regla" que va a introducir WhatsApp y anima a compartir un mensaje para dejar claro que el usuario no da permiso a WhatsApp, Facebook o
Instagram a usar sus imágenes, información, archivos o mensajes eliminados.
Tras un "No autorizo" habitualmente repetido y con exclamaciones o en mayúsculas, el texto explica que Whatsapp va a aplicar sus nuevas reglas con
inmediatez -"hoy" o "mañana"- y lanza advertencias como "Se puede utilizar en juicios contra ti" o "Todo lo que has publicado se podrá publicar a partir de hoy, incluso mensajes eliminados".
A continuación, ofrece la posibilidad de evitarlo: Reenviar ese mismo mensaje de advertencia, en el que se indica que no se da permiso a
WhatsApp para "usar imágenes, información, mensajes, fotos, mensajes eliminados, archivos, etc.". Así con "un simple copiar/pegar", el usuario estaría "protegido contra la nueva regla".
En otros casos, la advertencia llega mediante un audio en el que los avisos sobre los cambios en la privacidad los realiza una mujer que se presenta como
Karelis Hernández y afirma ser directora de WhatsApp.
DATOS: En realidad, WhatsApp tiene preparada una actualización, ya anunciada, de su política de privacidad que permitirá a Facebook proporcionar a las empresas con que un usuario intercambia mensajes datos de su perfil con fines publicitarios o comerciales, pero nadie podrá acceder a las imágenes o mensajes publicados. Y esas nuevas condiciones no se aplicarán en países europeos.
LA ACTUALIZACIÓN NO ALTERA LA PRIVACIDAD DE LOS MENSAJES
Advertencias a los usuarios de una aplicación de internet por los riesgos para la privacidad son habituales y se suceden periódicamente. Así ha ocurrido contra Facebook, Twitter, frente a la propia WhatsApp en ocasiones anteriores o, más recientemente, respecto a
Google y
Apple con la pandemia de coronavirus como contexto.
En este caso, la ocasión la propició el anuncio que hizo
WhatsApp el pasado octubre de que a principios de enero implementaría una actualización de su política de privacidad, que entraría en vigor el próximo 8 de febrero.
No obstante, el pasado viernes, 15 de enero, explicó que iba a demorar la fecha de entrada en vigor más de tres meses, hasta el 15 de
mayo, debido precisamente a la "confusión" creada en todo el mundo sobre qué iba a suponer esa modificación en los términos de uso.
"Debido a la divulgación de tanta información falsa que genera preocupación, queremos ayudar a las personas a conocer los hechos y comprender nuestros principios", expuso
WhatsApp en su comunicado del 15 de enero.
Una semana antes, el director ejecutivo de WhatsApp,
Will Cathcart, ya resaltó el compromiso con la privacidad en un hilo de Twitter en el que destacaba que la modificación en la política de uso de la aplicación se hace "para que sea transparente y describa mejor las funciones opcionales de personas a empresas", lo que "incluye el comercio en WhatsApp y la capacidad de las personas para enviar mensajes a una empresa".
Cathcart es el director ejecutivo real de WhatsApp, no la tal Karelis Hernández, cuyos audios fraudulentos ya circularon en 2017. La actualización prevista por WhatsApp para entrar en vigor el 15 de mayo atañe únicamente a los mensajes entre cuentas de
particulares y cuentas de empresas.
Consiste en permitir guardar datos en unos alojamientos web de esas compañías que serán servidos por Facebook, la matriz de WhatsApp, y que mejorarán la experiencia de compra en tiendas virtuales; por ejemplo, mediante una interfaz de pagos unificada, con la que ya opera en
India desde el 6 de noviembre.
CIFRADO DE EXTREMO A EXTREMO
WhatsApp utiliza un cifrado de extremo a extremo para todos los mensajes entre sus usuarios, incluidos los que son escritos en grupos de varias personas. Se cifran todos así desde 2016, según el protocolo
TextSecure creado por Moxie Marlinspike que comenzó a implantarse en la aplicación de mensajería en 2014.
Esa tecnología garantiza automáticamente que solo el emisor y el receptor del diálogo -o los miembros de ese grupo de conversación- pueden leer, oír o ver lo
enviado, y nadie más, ni siquiera alguna persona o máquina de la empresa WhatsApp.
Ese secreto de la comunicación se aplica tanto a los mensajes escritos y a las llamadas telefónicas y videollamadas como a los
audios que se comparten, las fotografías, vídeos, gifs o documentos, ya que toda la conexión entre los usuarios lleva un candado de encriptación cuyo código se crea al salir del emisor y se descodifica al llegar al receptor.
La encriptación se hace con un código QR y 60 dígitos aleatorios. Puede verse en la pantalla de información de una conversación de
WhatsApp y, si están juntos los móviles del emisor y el receptor, pueden compararse y comprobar cómo coinciden.
WHATSAPP SEGUIRÁ SIN COMPARTIR DATOS CON FACEBOOK EN LA UE
WhatsApp fue creada en 2009 por Jan Koumc en colaboración con Brian Acton y fue adquirida por el grupo Facebook en 2014. La
Comisión Europea aprobó entonces la integración de WhatsApp en Facebook sin matices, pero dos años y medio más tarde impuso una multa de 110 millones de euros al grupo empresarial por no haber proporcionado toda la información requerida.
Bruselas exigió a
Facebook que en la Unión Europea los datos y metadatos recabados en WhatsApp no pudieran integrarse con los de Facebook, Instagram u otras plataformas del grupo.
La directora de políticas de WhatsApp para Europa,
Oriente Medio y África, Niamh Sweeney, aseguró el 7 de enero que eso iba a continuar así con la modificación en 2021 de los permisos del usuario: "No hay cambios en las prácticas de intercambio de datos de WhatsApp en Europa derivados de esta actualización".
Un portavoz de
WhatsApp ha explicado a EFE que su política de privacidad para la UE es diferente a la de otros ordenamientos jurídicos y que no habrá ningún cambio con la actualización de 2021 ni en la Unión Europea ni en el Reino Unido, ya que continuarán "sin compartir datos de usuarios de WhatsApp de la región europea con Facebook para que los use en la mejora de sus productos o anuncios".
OTRAS APLICACIONES PESCAN EN RÍO REVUELTO
En las últimas semanas el cambio previsto en la política de uso de
WhatsApp ha animado el debate en la opinión pública acerca de la seguridad de este tipo de aplicaciones y del uso que las empresas hacen de los datos y metadatos, en especial los cinco gigantes estadounidenses del "software": Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft.
Junto a la
información en los medios de comunicación, se ha debatido sobre el asunto en las redes sociales, como en Twitch, y también se han lanzado memes y bromas (1, 2, 3), al margen de abundante desinformación viral.
Ese río revuelto ha sido aprovechado por otras aplicaciones de mensajería diferentes a WhatsApp, que han registrado muchas altas. Así, tanto Telegram como Signal han superado este enero a WhatsApp en el número de descargas en los principales países de América Latina, según datos de
Airnow Data que cita Statista.
El auge de Signal ha tenido un mentor: Elon Musk, cofundador de PayPal, Tesla, Hyperloop y SpaceX, entre otras empresas, con un breve tuit. Por su parte, el creador de
Telegram, Pável Dúrov, anunció el 12 de enero en su canal que la aplicación había superado los 500 millones de usuarios activos, tras conseguir 25 millones de altas solo en los tres días anteriores.
Estas decisiones de cambio de
aplicación entre los internautas se están dando pese a ser falso que la interacción en WhatsApp vaya a dejar de ser privada, como erróneamente se indica en los mensajes que se han vuelto virales.