El ‘error’ de
Derrick Byars en la última jugada del partido del pasado domingo en el Gran Canaria Arena entre el
Herbalife y el
Baloncesto Sevilla, cuando un tapón de
Edy Tavares frustró la posible victoria hispalense, volvió a evidenciar que a los de
Scott Roth les cuesta sacar tajada en los finales apretados. De hecho, esa posibilidad cuando restaban seis décimas vino precedida de un intento previo de
Porzingis, quien tampoco acertó a convertir su lanzamiento (con una más que posible falta no pitada de
Kuric de por medio).
Pero lo de gestionar de forma poco fructífera los finales de partido ajustados en esta temporada no es algo nuevo. El domingo, nada salió como estaba previsto, pues en teoría era
Berni Rodríguez quien debía recibir ese último balón. Sin embargo, los números de este curso dejan claro que la pizarra y esa última decisión no ‘están de parte’ de los hispalenses.
En lo que va de campaña, hasta seis encuentros, entre competición doméstica y
Eurocup, quedaron reducidos a diferencias de cinco puntos o menos, un abanico en el que los de San Pablo sólo hicieron desequilibrar de su lado la balanza en dos ocasiones. Primero ante el
Spirou Charleroi belga, en la primera fase de la Eurocup, al que superaron 80-75 tras un final menos cardiaco pues afrontaban con ventaja de 80-73 los instantes decisivos.
Y, posteriormente, ya en
Liga, ante el
CAI Zaragoza, partido que se decantó 77-73 para los de Roth después de que llegara a figurar el 72-72 en las postrimerías del choque. Menos suerte tuvo, amén de en el encuentro del pasado domingo en el Gran Canaria Arena, en otras tres ocasiones en las que la distancia se redujo a cinco puntos o menos:
Fuenlabrada (68-71),
Virtus Roma en la segunda competición continental (84-82) y
Nymburk (65-66).