A finales del verano pasado, la dirección de cantera del Real Betis, con Miguel Calzado al frente, acometía un necesario fortalecimiento de su primer filial, que se estrenaba en la recién denominada Primera RFEF, una especie de Segunda división B súper vitaminada, con dos megagrupos en lugar de los cuatro habituales, incluyendo a los andaluces con catalanes, madrileños y levantinos, por ejemplo. Tocaba ser competitivos y dar guerra, por lo que la buena base que había, con los Dani Rebollo, Luis Martínez, Fran Delgado, Marchena, Callejón, Raúl García o Mizzian. Llegaron el portero Marc Vidal, el lateral zurdo Marc Baró, los pivotes Sibo y Tavares, el mediapunta Lara, el extremo Moha... Pero hubo un sondeo que, al final, no cuajó. Y pintaba tan bien como luego se ha demostrado.
Los técnicos verdiblancos habían detectado una necesidad en el eje de la zaga. El artífice del ascenso, Manel Ruano, había terminado reconvirtiendo en central al mediocentro Fran Callejón para acompañar al capitán Luis Martínez. Incluso, hubo dudas sobre la continuidad del riojano, del que se habló, incluso, de una promoción sin vuelta atrás, si bien, finalmente, no convenció del todo a Pellegrini. Al entonces responsable del Betis Deportivo, que sería destituido a finales de noviembre ante la discreta marcha del segundo equipo heliopolitano, no le gustaban demasiado ni Kike Hermoso ni Geovanni, que habían tenido entrenamientos con los grandes, por lo que se puso sobre la mesa el nombre de un defensor jovencísimo, pero potente y con un gran margen de mejora. Acababa de descender de Segunda con el Albacete, que ya hizo tratos similares con los hispalenses, por lo que se tanteó su cesión por dos años, de la que se hizo eco, ni más ni menos, que 'L'Équipe'.
Finalmente, el filial bético se quedó como estaba (en enero llegaría un parche sin resultados del West Ham, Cardoso) y Flavien Enzo Boyomo se quedó en tierras manchegas, convirtiéndose en uno de los grandes responsables del regreso blanquillo a la División de Plata, con una gran actuación en la final de Riazor ante el Deportivo. A sus 20 años, este central zurdo de apenas 1,81 pero un gran detente vertical (una especie de Djené) está en la órbita de otros 'grandes' como Barcelona, Real Madrid y Villarreal (según la siempre bien informada 'Cazurreando.com'), pensando en sus filiales, con especial atractivo el amarillo por militar también en Segunda en la 22/23. Nacido en Toulouse pero de ascendencia camerunesa, se formó en los escalafones inferiores del Blackburn Rovers y tiene contrato hasta 2024 con el Albacete, pendiente de la llamada de sus agentes, Stellar Group (los de Bale), y frotándose las manos con la operación que se viene muy probablemente.
Villa Gómez3 min lectura