El exbético
Tonny Sanabria firmó el pasado sábado su primer doblete en la Serie A con el Torino, desde que fichara el pasado mes de enero. Un tiempo en el que al exdelantero del
Betis no le ha ido nada mal, sumando cuatro goles y una asistencia en los cinco partidos del campeonato doméstico ha disputado en Italia con su nuevo equipo desde que dejara el Benito Villamarín.
Su nueva etapa no comenzó como esperaba, pues
dio positivo en covid justo en el momento de cerrarse la operación entre los clubes, lo que demoró algo más el acuerdo y lo que retrasó considerablemente su debut como delantero del Torino, perdiéndose tres jornadas.
Un traspaso que, según publican ahora en Italia,
se acabó concretando en una cuantía fija de mayor cantidad que lo filtrado inicialmente. Y es que las exigencias del
Betis al respecto tuvieron mucho que ver en ello, obligando a tirar de ingeniería financiera para que el negocio pudiera llegar a buen puerto.
En lugar de siete millones fijos y tres en variables,
el Betis ha acabado ingresando por el paraguayo
un fijo de ocho millones, siendo las
variables de dos kilos hasta llegar a los diez millones de euros en los que desde un principio se tasó la operación. Un cobro del
montante fijo que, además, exigió percibir
al contado antes sus necesidades de cuadrar las cuentas como consecuencia del coronavirus. Una forma de pago que, lógicamente, no es muy habitual en el fútbol, acostumbrado a financiar las operaciones en varios años.
Esta exigencia del Betis, la de cobrar
los 8 millones de euros al contado, hizo peligrar la operación en un principio, obligando a las partes de introducir a un tercer actor en discordia.
Una entidad financiera que haría de nexo entre el acreedor y el deudor, abonando al Betis los ocho millones de euros al contado por Sanabria y recuperando en varios años esa cantidad por parte del Torino, intereses incluidos.El acuerdo demoró ligeramente la operación, momento que las partes aprovecharon, también, para
modificar el aspecto de las variables. El
Betis presionó para que fueran más fáciles de alcanzar, mientras que el
Torino contraofertó introduciendo algunos conceptos más. En definitiva, un tira y afloja que acabó llegando a buen puerto y que, finalmente, tuvo un último capítulo en el positivo covid de Sanabria, lo que acabó de retrasarlo todo un poco más.
Ahora, con Sanabria haciendo goles en Italia y con el
Betis habiendo ingresado un millón más en el fijo por Sanabria, la foto de la oficialidad del traspaso al Torino por cuatro temporadas queda como una anécdota: con máscara, en un pasillo, y a la distancia de su representante y de los rectores del conjunto turinés.