El
Betis está tranquilo respecto a
Emerson, pese a que
el ruido mediático de las últimas semanas invita a pensar en que el brasileño no agotará su permanencia en
Heliópolis hasta 2021, como estaba pactado en el acuerdo de copropiedad con el
Barcelona, suscrito en enero de 2019. Así, aunque los responsables verdiblancos se cubren las espaldas en el mercado por si el '22' se marcha este verano (como avanzó este diario),
se trabaja igualmente con el escenario de su continuidad, puesto que las cifras que han trascendido no son del todo exactas. Las reales convierten la repesca por parte azulgrana en un mal negocio antes de que pase otra campaña... a no ser que la oferta por 'Royal' sea de las irrechazables.
ESTADIO Deportivo ha podido conocer más detalles del contrato que liga a
Emerson con hispalenses y catalanes, que depara
mayores beneficios para la entidad que preside Ángel Haro que la recuperación de su inversión (seis millones de euros) y
la compensación por formación del futbolista (tres, más otros tantos de penalización en caso de que se mude a la Ciudad Condal antes del 30 de junio de 2021). Y es que, siguiendo la hoja de ruta inicial, el
Betis siempre conservaría un porcentaje de cualquier venta futura (según algunas fuentes, del 20%).
Además, si la maniobra culé consiste en repescarlo este verano para revenderlo, la jugada le saldría bastante cara, pues, aparte de abonar tanto la plusvalía pactada por
formación del jugador (tres kilos) como la penalización por incumplir los plazos (otros tres), el cuadro de
La Palmera sería el dueño del 50% del pase, por lo que, echando números, podría renunciar a que le devuelvan los seis millones de la copropiedad si la tajada es mayor compartiendo los beneficios de un hipotético traspaso a un tercer equipo.
En enero de 2019, el
Barcelona adelantó al
Atlético Mineiro los
12 millones de euros en que se cifró el pase de
Emerson, que firmó hasta el 30 de junio de 2024, permitiendo una 'cesión' de los albinegros al
Betis por lo que quedaba de campaña 18/19. Desde el 1 de julio del año pasado, el paulista ya pertenece a ambos, pues los heliopolitanos 'compraron' el 50% de sus derechos por seis kilos,
abonados en tres plazos cada estío hasta el 30-J de 2021.
Sólo entonces se decide si el
Barça compra la parte bética (menos ese porcentaje ya mencionado de una futura venta, que no plusvalía, a un tercero) e
integra a Emerson en sus filas (devolviendo los seis kilos, más tres por 'formación'), o bien renuncia al carrilero diestro, que podría ser vendido a otro club (repartiendo los ingresos extra de la manera convenida, en principio 80-20%) o al propio
Betis, que, además de los seis millones que ya habría desembolsado en esas fechas, obtendría unas nuevas facilidades para adquirir el 50% del pase que tendrían los catalanes (abono en varios plazos y sin plusvalías para el conjunto azulgrana).
En definitiva,
un negocio redondo en la Avenida de La Palmera, se mire por donde se mire, pues, aparte del rendimiento que
Emerson ofrezca durante el año y medio (o dos y medio) que permanezca en sus filas, el
Betis obtendría un pellizco importante si sigue revalorizándose.
¿Un 'derbi' lombardo? Se frotan las manos
Si
el Milan ha aparecido como último pretendiente de Emerson, afirmándose este fin de semana en Italia que podría ofrecer 20 millones de euros por el brasileño para formar una dupla temible en sus laterales con
Theo Hernández, el Inter no se queda atrás y promete 'guerra' por el todavía bético. Los 'neroazzurri' fueron, junto al
Tottenham, los primeros en preguntar por 'Royal', aunque cuentan con una ventaja añadida: están en negociaciones con la entidad culé para el traspaso de
Lautaro Martínez.
En las conversaciones han aparecido varios nombres de jugadores azulgranas o de su copropiedad para abaratar el precio del delantero argentino, por el que
Inter solicita la cláusula de rescisión (111 millones de euros, pero sólo durante el mes de julio).
Rakitic, Aleñá, Junior, Arthur y, ahora,
Emerson están sobre la mesa, aunque, en el caso del verdiblanco, por iniciativa interista. En definitiva, un pulso por el carrilero diestro que, sin duda, lo encarecerá.