Los días pasan, esto se hace largo y pesado... pero todavía queda casi un mes y medio para que la ventana estival de fichajes eche el cierre. Y eso es demasiado tiempo. El aficionado necesita saber; la prensa, contar;
Rubi y Gallego, disponer del que será su ‘nueve’ titular; y el
Espanyol y el
Betis, definir sus planificaciones. No obstante, para hastío generalizado, a día de hoy las partes implicadas transmiten a ESTADIO que no se han marcado ningún plazo límite para cerrar, para bien o para mal, la enquistada negociación por Borja Iglesias.
El Betis, desde luego, no renuncia a su objetivo número uno. Es obvio que la espera no puede ser eterna y que su deber es estar preparado por si hay que tirar de un plan B. Está listo para ello, pero en el seno del club verdiblanco consideran que el factor tiempo juega a su favor, ya que todavía falta un mes para su primer encuentro oficial y este bloqueo en las negociaciones les da un margen para cerrar alguna venta que les permita mover ficha de manera definitiva por el
‘Panda’. Creen que esta espera juega a su favor porque cuentan con el compromiso del jugador, que ya ha desatendido tanteos de
LaLiga y la Premier. En
Heliópolis no le van a ‘dejar tirado’ así como así, pero a día de hoy no pueden asumir las condiciones que pone el Espanyol porque la Roma pagará a plazos por
Pau López y porque próximamente deben afrontar pagos importantes por fichajes del año pasado. No les cuadra. Y ahí siguen, encallados, sin poder avanzar, ni retroceder. Y se impacientan, como es lógico.
¿Y
Borja qué dice? ¿Por qué aún no se ha pronunciado al respecto? El futbolista tampoco se va a echar atrás, pero para él tampoco es sencillo todo esto. Dicen quienes le conocen que, lo que promete, siempre lo cumple. Precisamente por eso, por esa humildad y honestidad que le caracterizan, nunca va a tensar la cuerda ni a rebelarse contra un club y una afición a los que adora y a los que agradece mucho el cariño que le han demostrado desde su llegada hasta hoy, a pesar de lo evidente de su predisposición a vestir de verdiblanco la próxima temporada.
El Espanyol iniciará el curso la próxima semana. El Stjarnan Garoabaer islandés, que eliminó al Levadia de Estonia, será el rival del conjunto blanquiazul en su regreso a Europa League el próximo jueves 25 de julio en el RCDE Stadium, con la vuelta siete días después en Reykjavik. Si todo sigue como hasta ahora, Borja jugará en ésta y en el resto de previas que deberá pasar su equipo para estar en la Fase de Grupos. Ha decidido que o juega en el Betis o se queda en el Espanyol y eso conlleva darlo todo hasta su último segundo en Cornellà. Si se queda, lo hará plenamente convencido. Entiende que lo que tenía que hacer ya lo ha hecho y que el final de esta larga historia es sólo cosa de clubes. Además, comparte la postura de ambos y por eso se mantiene (y se mantendrá) al margen. Por este mismo motivo, en contra de lo que se especulaba el jueves en la Ciudad Condal, ni se han producido ni está prevista una nueva reunión entre sus representantes, la agencia Toldrá, y los clubes.
En su entorno permanecen a la espera de noticias. Y de momento no tienen ninguna, ni para bien ni para mal. Lo que saben es algo de dominio público: la entidad barcelonesa es firme en su exigencia de ingresar un primer plazo de al menos 20 de los 28 millones de la cláusula de rescisión del goleador, pero de puertas adentro sigue proyectando un escenario sin Borja en la 2019/2020.
Trabaja en esa idea y son varios los delanteros con los que se le vincula. El último en sonar es Ángel Rodríguez, quien desea salir de un Getafe en el que Mata, Jorge Molina y Enric Gallego le restarán muchos minutos y está tasado en unos 8 millones. Otra opción que flota en el ambiente es la vuelta a Cornellà de Gerard Moreno, pero el club catalán no se va a precipitar fichando. Estar o no en Europa determinará cómo debe afrontar las últimas semanas de mercado y, hasta entonces, tampoco tiene prisa. Sabe que
Borja no se irá a las malas y se siente fuerte tras hacer caja por
Mario Hermoso (25 millones y otros 4 en variables del Atlético de Madrid) y remitir al
Bayern a los 40 millones de la cláusula de
Marc Roca.
Así pues, por aburrido que resulte, tocará seguir esperando.
Rubi, ya lo dijo públicamente, ha transmitido al
Betis su pleno convencimiento de que merecerá la pena persistir. El técnico está al tanto de todos los nombres que baraja el club como alternativas y asume que si una opción de nivel se pone a tiro irán con todo; pero al que quiere es a
Borja y confía en que este ‘culebrón’ tendrá un final feliz.