La de su regreso a su país para jugar otra vez en el
Dnipro es la mejor solución para el enquistado ´
caso Zozulia´, no obstante, los días pasan y la solución tampoco llega, a pesar de los enormes esfuerzos de los agentes del internacional ucraniano.
Una vez que la
FIFA autorizó su vuelta al
Dnipro, al considerar que no vulnera la normativa que prohíbe a un jugador jugar en cuatro clubes distintos en el mismo curso,
Zozulia se mostró optimista y comunicó al vestuario del
Betis que su marcha era cuestión de días, viendo así luz al final de un túnel que, sin embargo, no termina de atravesar. Y es que parecía claro que, después de que la
Federación de Ucrania y el
Gobierno de su país exigiesen una solución a las autoridades y organismos españoles, ellos iban a poner facilidades para que todo llegase a buen puerto. Su predisposición se encamina a ello, pero el problema es que no cabe el indulto ni ningún tipo de permiso especial. A día de hoy, el
Dnipro no puede inscribir a
Zozulia por las demandas que pesan sobre el club por supuestos impagos y la única solución es que se retiren todas y cada una de las denuncias. No es fácil. Los agentes del delantero llevan días negociando con todos los demandantes y, sin perder aún el optimismo, no se atreven a augurar una solución fácil. Creen que, como mínimo, habrá que apurar plazos (el mercado de fichajes en
Ucrania cierra el 2 de marzo) y, mientras tanto, Zozulia seguirá contando los días y las horas... y trabajando a diario con la plantilla del
Betis.